1 dic 2015

Capítulo 102: I have the power (Noviembre)

T&K - Lets go


A veces cuando describo todo lo que me corre por dentro e intento descifrar las reacciones que vuestros rostros me regalan me siento como los primeros primates que caminaron erguidos ante el asombro de sus congéneres. Es normal que cuando se rompen una serie de pautas y leyes establecidas, que nadie sabe quien ha escrito pero que todo el mundo da por buenas, y te desvías de la senda establecida de una manera mucho más radical que de costumbre la reacción de los que te rodean sea una mezcla de asombro y rechazo a partes iguales. Tampoco voy a culpar a nadie, como tampoco creo que le importase al primer simio que se puso de pie lo que los demás pudiesen pensar o sentir mientras él podía aprovechar las ventajas que te concede el caminar sobre el arrastrarte por la tierra. Sin embargo, el hecho significativo de todo esto es que, cuando el resto perdió el miedo y/o vergüenza y/o lo que coño fuese que sintiesen los primates en esos momentos y empezó a imitar los movimientos de este, el sentimiento que debieron de experimentar tuvo que ser harto parecido al de sentirse como un perfecto gilipollas cuando descubres una obviedad que ha estado frente a tu nariz constantemente y que no has sido capaz de vislumbrar. Todo fuego empieza con una pequeña chispa, toda revolución tiene un lema, todo camino comienza con un primer paso. Siempre frente a ti y nunca recabas en ello, vaya tragedia. Y lo "único" que les reportó este nuevo avance que es el caminar sobre el gatear fue confort, comodidad. Les resolvió muchos problemas para los que no tenían solución con lo cual fueron "más felices", en ello se basa el evolucionismo, no sólo en vivir más, en vivir mejor. Hoy, unos cuantos millones de años después, y con el hombre increíblemente desarrollado y evolucionado no buscamos mucho más que nuestros primos lejanos, felicidad, estabilidad, confort, paz. Pero claro, se trata de una felicidad con muchos más matices, una felicidad más elevada y a la que es mucho más complejo llegar. Una felicidad que siempre posponemos en pos de lo que creemos que será una felicidad mayor por la magnitud de los objetivos que nos marcamos en la vida y que, una vez alcanzados, más que pararnos a degustarlos lo que hacemos es plantearnos otros nuevos para intentar ser más felices, alejando así un estado de paz que es totalmente básico en la vida y para lo que, a mi entender, estamos aquí. Y es que todo consiste en darle un pequeño giro más a esa tuerca, para hacer que esos objetivos que tanto se anhelan se consigan. No estoy diciendo que la vida no sea dura, no estoy diciendo que nuestra vida no esté llena de sin sabores y de dolor ante la perdida de cosas que amamos, pero si dejamos que todos estos factores mermen nuestro nivel de conciencia nos estaremos haciendo un flaco favor a nosotros mismos, ya que estamos minando el sacar a flote todo el potencial que tenemos dentro de nosotros que, por si no lo sabéis, es increíblemente grande e ilimitado. Yo lo que intento hacer día a día es lo contrario, sublevar mis metas a mi estado emocional, siéndome indiferente si las consigo o no para sentirme completamente feliz conmigo mismo. Y es ese hecho precisamente el que favorece que pueda conseguir todas y cada una de las cosas que me propongo en la vida. No me malentendáis, no quiero decir que mis aspiraciones me sean indiferentes, pero si que es cierto que he asumido que no siempre dependen de mi mismo y, por supuesto, doy todo lo mejor de mi para lograrlas, que os puedo asegurar que es mucho. Y es por ello que, cuando pones todo de ti, sin importarte el resultado y el feedback de tus actos y disfrutando con el mero hecho de intentar lograr tus metas es cuando realmente empiezas a acercarte a ellas, amén de saber el valor que tienen las mismas y pararte un tiempo a poner en valor todo lo conseguido. Ese estado de felicidad simplemente por estar es un virus que se expande sin control ni vacuna, muchísimo más poderoso que cualquier enfermedad y que, cuando entras en contacto con él, no puedes dejar de propagar, ya que, si bien no deja de ser un estado emocional individual, encuentra su caldo de cultivo en el colectivo. Entregar todo lo mejor de ti a los demás en cada momento de tu vida y que ello te sea reconfortante acaba por devolverte todo eso que pones en el tapiz multiplicado exponencialmente. Disfrutar de los pequeños detalles, los pequeños gestos y hechos del día a día es lo que te entrena y te curte para cuando llegan las grandes cosas de la vida, que es mucho más fácil que lleguen cuando muestras una actitud y predisposición adecuadas. Es por ello que ahora, a pesar de las dificultades que pueda encontrar en mi camino, que no son ni mucho menos pocas, me encuentro mejor que nunca al ver que dando todo lo mejor que hay en mi se solventan del mismo modo que cae un castillo de naipes ante un huracán. También es cierto que he dejado de depositar mi vitalidad en el resultado de mis actos o en el aprecio que los demás hagan a mi persona. Pero que esto no es nada nuevo, ni nada que yo me esté inventando, ni nada complejo por otra parte. Lleva rezumando siglos y siglos en diversas corrientes, doctrinas, religiones y movimientos humanos/sociales a lo largo de la historia. Ya decían los estoicos que no se debe de depositar tu bienestar en cualquier cosa que puedas perder en un naufragio, ya dijo Cristo que la verdad nos hará libre (¿seguro?), y desde hace un par de siglos la espiritualidad moderna está tratando de hacer que entiendan o, más bien, esperando el momento en que la humanidad entienda, que el siguiente paso, el último que queda para completar el puzzle, es ser conscientes de aquello para lo que estamos en la tierra: desarrollar nuestro auténtico potencial siendo completamente felices y trascendiendo. Háganme caso, es mucho más fácil de lo que parece, sólo tienes que hacer aquello que te gustaría que hiciesen contigo. Si se le caen los libros al señor que trabaja contigo, te agachas y le ayudas a recogerlos, aunque sea un viejo rancio de Londres que te mira con cara de asco por ser inmigrante. Si tus compañeros de trabajo se confunden porque hay dos zonas J cuando debería una debería ser la zona J y otra K y tú lo sabes, coges un trozo de papel y tesafilm, escribes una K y lo superpones. Si tienes que colocar una caja con doscientos libros que luego otro compañero o tu mismo vas a tener que recoger, colócala del mismo modo que a ti te gustaría encontrártela, independientemente de que el resto no lo haga. Si llega un turno de trabajo a otra hora, dales la bienvenida como a ti te gusta que te la den y, aunque algunos no lo entiendan y no te correspondan, se feliz haciéndolo, porque es imposible que no se te devuelva eso que pones ya que disfrutas por el mero hecho de ponerlo y, cuando es el momento y los demás te corresponden, estás en predisposición para realmente saborearlo. Lo siento pero algunos tenemos ventaja, sorry for this. Eso si, os vamos a enseñar como se hace, no os preocupéis. 


Elio Toffana con Dano - Nadie más 



Os voy a contar una anécdota guapísima, un feeling y una química de flipar. Probablemente os parezca la cosa más normal del mundo, pero yo realmente disfrute de ella muchísimo, y más por el hecho de que haya tenido lugar en un periodo de tiempo relativamente corto. El otro día en mi cuarto estábamos de chill y tranquileo mis coleguitas DF y el british (al que le tengo que encontrar el mote aún pero que es brutal, quizás el Marco inglés) cuando surgió una de esas conversaciones que te marcan para siempre pero de las que ando disfrutando demasiado a menudo últimamente. Será el state of mind. El caso es que llegado el momento, el tema de conversación viró varias veces y salió a colación el asmr. Quien no sepa lo que es luego lo explico. Bueno, que me pregunté, porque luego me pasó aquí mi tiempo explicando cosas que a la peña ni le interesa leer, y si no diggear, que merece un tanto la pena, si os queréis enterar de que va la cosa vaya, si no me la suda. El caso es que mi colega no sabía lo que era y traté de darle el concepto, en inglés, lo más certeramente posible, aún sabiendo que mucha gente no es capaz de sentir el asmr, por lo que no solamente teníamos la barrera del lenguaje si no también la de la comprensión. Sin embargo, el feedback que recibí fue brutal. No se si era acorde o no a la temática que estábamos desbrozando, pero sin duda fue la conclusión a la que quería llegar. Me dijo que no sabía si sería esto de lo que estábamos hablando, pero que a él le encantaba ver a una ex novia suya haciendo las cosas más normales de la vida, cocinar, vestirse después de una ducha, ordenar la compra al llegar a casa... esos pequeños detalles. Me comentó que le relajaba y que le hacían feliz todas esas cosas que le hacían sentirse dentro de una rutina con ella, aparte de lo mucho que la quería, por supuesto, y que bajar un par de puntos la velocidad y contemplar despacio esos momentos le daba una paz tremenda. Y sacó a relucir otra pequeña "manía" (permítaseme la licencia please, ya se que no es una manía) que tenía esa chica, totalmente representativa. Me comentó que cuando dormían juntos, ella, cuando no estaba completamente dormida, en fases leves del sueño, de vez en cuando daba un pequeño respingo y le despertaba. Al tenerla en ese momento entre sus brazos y ser plenamente consciente de ella se sentía completamente lleno. Amaba ese momento de despertarse y protegerla entre sus brazos. Y yo ahora me voy a tomar la segunda licencia de la tarde/noche pero sin que esto sea nada significativo, por favor. Voy a hablar de Carmen, y de lo que significó para mi en su momento, nada que ver con ahora ni sin nada que no sea expresar la conexión que he tenido con Alex. Sin duda, poder volver a sentir eso sin necesitar para nada a otra persona, simplemente sintiendo lo que sentí en ese momento es un ejercicio fantástico. Lo que quiero decir es que a mi me pasaba exactamente lo mismo que a él. Cuando dormía con ella (esta chica iba a poner, uf), y ella daba ese pequeño respingo que me despertaba, y la veía ahí, entre mis brazos, y sintiendo el amor que sentía y que por supuesto me fue devuelto, creía sentirme inmortal y el hombre más afortunado del mundo. Se exactamente como se sentía él porque se exactamente como me sentía yo, tengo esos momentos grabados a fuego para poder reproducirlos cuando yo quiera, pero sin focalizar en la persona, si no en los sentimientos en sí. También le enseñé una foto a Alex de Coimbra que para mi es especial. Bien es cierto que en Coimbra era otra historia que ni de lejos se acerca a los mejores momentos de mi vida por diversas circunstancias, pero mi amor seguía siendo el mismo, y eso muchas veces está muy por encima de lo que sublimas a factores externos a ti mismo, como la correspondencia. El día que preparamos la que fue la última cena, pero que para mi perfectamente podrían haber sido todas las cenas de mi vida, tomé una foto de como me sentía en ese momento viéndola cocinar. No es una foto al azar, está todo perfectamente medido. Supe captar la luz y el enfoque que quería para reflejarme perfectamente en esa foto y a la vez encerrar esa paz como si de mermelada encerrada en un bote se tratase, para destapar el tarro de las esencias cuando plazca. Verla cocinar para mi, sentirla de esa forma, poder ver toda mi vida en una imagen. No toda mi vida, mi vida es muchísimo, pero si poder ver mi paz encerrada en un momento para siempre, es algo muy loco. Para mi es algo brutal esa foto, me representa como nada. Y tengo un colega que trabaja a esos niveles, que ve la fotografía y sabe de lo que hablo, una foto que perfectamente podía haber tomado él, una cena que podía haber preparado él perfectamente, y que, por lo tanto, sabe exactamente a que me refiero cuando digo que amo. No cabe de duda de que me estoy expandiendo muchísimo, si no palpas los límites no puedes tumbarlos. Os lo aseguro. Ser conscientes de las cosas realmente importantes de la vida, realmente consciente, es una locura, es una locura que te permite ser increíblemente feliz con apenas nada, y es la manera de conseguirlo absolutamente TODO. Otra cosa de la que estoy aprendiendo a disfrutar es tener el poder de hacer las preguntas adecuadas, tocar los puntos de energía del cuerpo de cada persona, para obtener las respuestas que quiero obtener, para cargar al otro como un sherpa y ayudarle a subir conmigo la montaña, porque la montaña se disfruta mucho más arriba cuando estás acompañado y puedes compartir tu opinión con el otro y el otro la suya contigo, por mucho que sean distintas esas opiniones. Estoy aprendiendo a usar mi energía, y para ello sólo he tenido que ser consciente de la misma, palpar y derribar los muros que me limitaban, y esforzarme al máximo con los otros para empatizar e intentar ayudarles a vivir el mismo proceso. Sólamente eso. Y algunos se quejan, ay... Soy un puto multiplicador de felicidad y energía a mi alrededor right now, como para mi lo son el rap y el último disco del último de la fila. Algún día alguien me cantará al oído Cuando el mar te tenga y bailará conmigo The seed (2.0) como yo y nadie más que yo se bailarlo, palabra de honor.

Siento lo de volver a escribir sobre Carmen, pero últimamente me encuentro lleno, y es inevitable acordarte de cuando más feliz has sido. Me prometí no volver a decir nada y me falto a mi mismo, pero quería compartir esto, lo importante es el fondo, no la forma, bELIEVEmEtHIS. No tengo nada que decir sobre nada, palabra. Sólo estoy echando fotos y escribiendo canciones.



The roots feat Cody - The seed 2.0




El hecho de no escribir tan regularmente hace que me deje miles de cosas en el tintero, miles de cosas, de pequeñeces, de detalles, realmente importantes y de los que ando disfrutando continuamente. Una vez más esa pregunta: ¿que has hecho este mes? ¿Que qué he hecho este mes? Vivir. Vivir mucho. He trabajado como el que más entre semana. He conocido más gente en la fábrica: ahora me llevo con Michele, con Brian, con Dexter, con Andriis, con Carrie, con Elle, con Ray, con Ivonne, con Tash, con Man, con Ian y con Allan. Y con muchos más que no se como se llaman pero que son colegas. Robert (mi colega rumano, no mi compi de piso, que se llaman igual) me ha cortado el pelo de una forma muy modernita y me veo super extraño, pero me queda guay. Desde que llegué a UK tenía ganas de hacerlo y ha llegado sólo, y gratis, genial. He conocido a la señorita Ana Monfort Vengut que es mucho más interesante en persona, y que hace muy buena pareja con mi colega de cuarto. Disfruté un montón ese fin de semana, desde dormir en el hotel, a pasar el viernes en casa de Alex. También estuve con Álex de concierto de A-Skillz y Krufty Kuts. Maravillosa noche por cierto. He estado con Ale y Puri y dos amigas de esta, Axele, una chica francesa, y otra chica alemana que sabía tres idiomas pero de la que nunca llegué a saber el nombre. Luego estuvimos en el pub ten, primera vez que salí de farra por tierras británicas y me quedé con muchas ganas de más, pero sigo quemando etapas. He jugado a tenis de mesa con Alan en el trabajo, y he disfrutado como un niño chico, de verdad, maravilloso. Hemos pasado dos domingos en los que lo único que hemos hecho ha sido cocinar, comer cosas dulces y estar chill, con conversaciones muy muy profundas. Y si, en inglés. Compré una cama de aire para que Álex pueda dormir aquí cuando venga, y una estantería. Y muchos libros en el mercadillo de LBS, uno tremendo de rap, maravilloso, y otro de fotografía erótica que es una auténtica pasada. Y perdón por no poner fotos y por no compartirme mucho más pero es que no tengo tiempo ni para respirar, y eso me flipa, vivo demasiado rápido y a la vez demasiado despacio, y, bueno, es maravilloso, soy muy feliz. Escribo poco aqí, pero si antes de cada semana podía hacer un capítulo, ahora podría hacerlo de cada día. Es por eso que escribo cada mes. Right about now!








Olly Murs - Kiss me



Por cierto, lo realmente importante y por lo que os he soltado todo el tochaco este previo: he vuelto a encontrar a mi chica. Sorry for this.