25 may 2015

Capítulo 89: Habrá que someter a referéndum

Más pudiera sentirse verano, cuando el calor febril brotaba del más preciado de mis órganos, si acaso el ajamiento, el mío, el de las calles, no simulara rasgos estivales, pero era invierno y... yo de mi reclusión, versátil, citas en alusión al palpitar frenético del corazón, de su ejercicio mi erosión y era que vivía sólo. Casi parecía un lustro, ahogado en mi consciencia, diversión de fatal gusto, el artista halló clemencia y apenas haya letras si no reflejo de lo oscuro, controversia: exhalo el alma en mi sonrisa.

A vuela pluma:

Siempre he deseado que mi biografía la escribiese alguien como Ray Loriga, un perdedor que sin embargo hace que su propia derrota te deje mejor sabor de boca que cualquiera de las victorias que tú puedas lograr ¿quien si no mejor? No he cambiado de autor fetiche, para nada, pero si que me gustaría que, si no es mucho pedir, las historias de amor se las deje a Richard Linklater. Al principio pensé, iluso de mi, que quizás no era buena idea echar sal a las heridas demasiado pronto, ya que si bien sanan antes, escuecen. No escuecen de ese modo que ves la sangre a través de la gran pantalla y pones cara de dolor, no; escuecen del modo en el que tienes un corte de verdad, y le tienes que echar sal de verdad, y te duele a ti de verdad. En esos casos solía auto engañarme con sugestiones baratas: "Espera un tiempo, colega, fijo que en nada cicatriza sólo y ya entonces le echas la sal, y así te evitas el escozor"... Todo ello sin saber, o, mejor dicho, haciendo como que no sabía, que hay heridas que no se cierran, y, que aunque las lleves al aire, y las bañes en otros mares, no terminan de supurar jamás. Lo mejor que puedes hacer con ellas es intentar que presenten un aspecto saludable y, en las grandes citas, ponerles una tirita, no vaya a ser que aquel, o más bien aquella, con quien te dispones a disfrutar de una inolvidable velada, tire por tierra todas tus ilusiones mucho antes de empezar con ellas porque se asuste con tus medallas de guerra. La gente es muy de asustarse con bregaduras de los demás, cuando son justo estas las que dan sentido y belleza a la trayectoria. Además estas sólo son heriditas (y si tiene que doler deja que duela). Que a perro flaco todo son pulgas y que todos los golpes van al mismo sitio son máximas que no hace falta que Murphy refute, ya que todos hacemos apología de las mismas en periodos en los que nos sentimos el más desdichado entre los desdichados que pasean perdidos y maldiciendo su suerte por las calles de nuestra ciudad. Y digo ciudad como si viviese en que se yo, Viena o París. Yo no soy muy de echarle la culpa a la suerte, al destino o a cualquier otro tipo de causa azarosa, me gusta hacerme fuerte en mi debe, y hacerme responsable de cada una de las situaciones de mi vida. Como no hacer pues acopio de fe de erratas cuando hablo del amor. Pero ya suelo hablar mucho de lo bien que me queda el fracaso como para vanagloriarme continuamente y cantar una y otra vez la misma canción. Tampoco es bueno vivir el día de hoy leyendo el periódico de ayer. El caso es que quería poner dentro de un letrero fosforescente con luces de neón que, Antes del amanecer, no usé aditivos, ni sucedáneos. Si, he dicho bien, jamás los usé. Puedo pecar de palabrería barata, pero ni soy un charlatán ni mucho menos un mentiroso, ni un vendedor ambulante de patrañas ni un cantamañanas, puede que mi camisa luzca sucia pero jamás arrugada. Todo esto me lo digo a mi; sólo intento dejar constancia de ello por si me da por negarme a mi mismo, ya que muchas veces intento sugestionarme de que ni sentí lo que sentí, ni mucho menos sentí lo que escribí, donde va a parar, y, aunque a veces pueda hacer gala de un cinismo desmesurado, si hay alguien a quien jamás se puede engañar es a uno. No sería justo pues que, después de hacer propaganda de que hay que disfrutar cada victoria que se coseche, que debemos hacer de las pequeñas cosas y de los detalles el leit motif de nuestro día a día y que vivo con la esperanza de que los idiotas se den cuenta algún día que el amor mueve el mundo, azote con la más cruenta de las plusvalías todo aquello que tan vivo me hizo sentir. No son buenos tiempos para los que tienen sed de justicia, pero aún así aquí reinará la equidad, al menos mientras yo esté detrás de la carne, no del cable. No conozco una palabra más bella y poderosa que empatizar, y que el autocorrector me la subraye cada vez que la escribo, como diciéndome que aún no conozco su verdadero significado me parece uno de lo mayores cantos de libertad que en una vida tan mundana como la que estamos gastando podremos oír jamás. No me he sentido más vivo que cuando me he sentido vivo en otro. Quizás se pueda equiparar a cuando me sentí plenamente consciente de mi en mi mismo, pero hasta en ese momento comprendía que formaba parte de algo, no ya de un todo al que todos pertenecemos, si no de un todo al que completo y me completa, complemento y me complementa, otro elemento al que ningún término se le acerca más que mitad. Algo así como alma gemela. Tan gemela como las zetas del jazz. A día de hoy no soy fuego con esa mitad, y ni siquiera se si las que en su día lo fueron lo fuesen para siempre (más allá de ese momento más o menos prolongado en el tiempo), o fuesen esa mitad eterna en la que si creo, pero de lo que no cabe duda es que esos momentos de clarividencia justifican por encima de todo juicio moral, sentimental y espiritual el haber pasado por esta jungla, por este circo, por este teatro y jardín que es la existencia. Antes del atardecer perdió su nombre. Yo ya no le pongo nombre a las cosas, por fin lo he entendido. Uso palabras, compongo versos, sonetos, me quejo, lloro, me desangro y sonrío mediante vocablos que casan entre ellos, pero a lo verdaderamente importante, a aquello que conformamos, no le pongo nombre. Dejo que fluya como corre un río dentro de mi ser. Lo cuido y le saco brillo, y lo expongo al mundo en un púlpito, en un altar, y disfruto de los demás templos, pero no le pongo nombre, en silencio, cuando hay que estarlo, en una sola voz, porque no tiene más misterio que eso. Uno jamás se enamora de una persona, se enamora de la proyección que hace de la misma. Yo estoy enamorado de alguien que no se si conozco, no se si llegará, ni siquiera se si existe, alguien que no tiene rasgos, de la cual desconozco sus gustos, su historia, sus miedos, pero conozco su espíritu, conozco su sonrisa, y conozco cada parte de su alma, sin tener que haberla visto. Y cuando uno vive enamorado sólo queda hacer del lienzo algo digno de ser admirado, porque ¿quien quiere ser recordado pudiendo trascender? Ahora sólo queda encontrarnos, Antes del anochecer.

Esto no es una queja formal ni una querella, tan sólo es otro pequeño alegato a todo aquello en lo que creo, y que, dando gracias a lo que haya que dárselas, sigue tan intacto como el primer día. 

Ah, y siempre acabamos llegando a donde nos esperan.


ThisisDA feat Blu - Won't change 



Os voy a decir lo que opino de los políticos: cualquier persona que se declara a sí misma en potestad de poder representar al pueblo tiene todo mi más sincero y sentido asco y la mayor de mis repulsas como congénere con quien comparto condición humana. Egocéntricos engreídos ¿quien coño son ustedes para decir que me representan? ¿que clase de superioridad moral se creen que poseen para ser la imagen de un pueblo? A un pueblo le representa su historia, su cultura, su gente llana, no mamarrachos vividores del cuento, hijos de hijos de hijos de, que lo que quieren es ver si pasan por la vida haciendo mucho ruido pero con pocas nueces y si es posible sin dar un palo al agua. Los políticos se deberían elegir como los delegados, sin nadie que se presente, y si es que los votantes son honrados (que esa es otra, pero al menos es lo más noble), al que ellos mismos elijan de entre todos (hasta de ellos mismos) porque le representan sus valores y su integridad. Yo votaría a gente honrada, a gente cultivada, a gente de la que te sientes orgulloso, pero no ya sólo al cabeza de gobierno, si no en todos y cada uno de los gabinetes y ministerios. Estos serían muy probablemente gentes destacadas en sus campos, artistas u hombres de fe, cosa que por desgracia se aleja mucho de la casta asquerosa que representan todos y cada uno de los que se autodenominan a si mismo líderes, sobre todo en los partidos mayoritarios, que no son más que una pandilla de corruptos que meten más o menos mano dependiendo de sus posibilidades, no de su asqueroso afán.

Ahora os voy a decir lo que pienso de la democracia: Un sistema político en el cual se acude a las urnas cada cuatro años (como si la cosa fuese de puta madre) y en el cual votas a la misma vez al partido que va a dirigir la economía pero que a su vez va a crear leyes sobre inmigración, aborto, homosexualidad, tauromaquia o derechos laborales, para los que encima va a recurrir a pactos porque ni siquiera tienen la mayoría absoluta me parece tan aberrante como que el voto de Juan Goytisolo valga lo mismo que el de Belén Esteban. No estoy diciendo que mi voto valga más que el de nadie, estoy diciendo que deberían de pedir algún requisito más para votar que tener la mayoría de edad y respirar. Por otra parte, veo continuamente a gente renunciar a sus principios por un puñado de euros, y, joder, se que a mi me tocará el día en el que tenga que sostener según que cosas lo suficientemente importantes como para tener que venderme, pero si lo hago es porque me obligáis a ello y será por necesidad, con la cabeza alta y con la cuchara limpia, no para tomarme dos copitas en el bar y llevar una camisa y un coche de marca. Aquí he visto a gente ir contra la refinería como si les fuese la vida en ello y no es que estuviesen defendiendo la tierra que tanto les preocupaba y por la cual parecían morir, si no que tenían un miedo atroz a que les quitasen la subvención de la cual obtienen la mayor fuente de ingresos de una economía que navega a un ritmo bastante mayor del que debería de navegar. Aquí, en mi pueblo, desde que España es una democracia, sólo se conoce un signo político, pero eso es lógico porque por todos es sabido que Villafranca de los Barros tiene la mejor gestión en todos los ámbitos de Europa y parte del extranjero, y con todo y con ello es muy probable que sigamos igual. Total, más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. No se rallen, que mi voto no va para el otro color, pues representa todo lo contrario a lo que soy, aunque el pensamiento sea circunspecto de vez en cuando. Llámenme raro, tengo un código personal por el cual se rigen mis ideas que no se ciñe en su totalidad a lo que una serie de desgraciados se limitaron a redactar una tarde que se aburrían, yo soy más de pensar por mi mismo. 

Se abrió la mente, como a otra el corazón lo hiciese, casi que me disculpo y, que cese de buscar al culpable presunto. La vida dictamina en circunstancias sin discutir lo justo. Se alejará y ojala así fuera, pero no figurará aparte del bulto, y mi orgullo lo pretendiera: si el Tibidabo no es testigo que sea compañero en el olvido. Tener todo por delante a veces puede ser tenerlo encima, y, preciosa, no es sano ser tan fuerte. Le temblaba el cuerpo, más no la sonrisa, disculpa que no comprendiera lo que hoy necesitas: perdón y gracias.

Con todo y con esto, yo si que puedo decir "no con mi voto", aunque esta vez si que he participado de la "fiesta" de la democracia. Sigo bastante jodido gracias a la alergia, que me anula totalmente como persona, pero que me deja pequeños ratos de lucidez en los que esta brilla más que de costumbre, e intento traducirlos de la manera más productiva posible. He visto a mi hermana bailar en la actuación del colegio y cada día está más bonita y mayor, además tengo la suerte de poder presenciarlo en directo. También hemos tomado unas copas los de siempre disfrutando de Eurovisión, y siempre es sabido que no será una semana perdida cuando puedes abrazar a aquellos que quieres y no sólo escribir cuanto les añoras. Mi equipo ha terminado con la máxima puntuación histórica de la liga y, aunque no necesitamos de victorias para cantar, es un puto orgullo y sobre todo una sorpresa, ya que nadie esperaba una campaña mejor que la anterior. Esta semana toca ponerle el broche de oro y, tanto si se pone como si no, ahí estaré yo para verlo. Orgullo, y mucho, de mis colores, de mi escudo, de mi casa. Pero sin duda la gran alegría de la semana, por lo inaudito de ello, fue poder echar un pequeño ratito con Óscar y con Sara, que venían de visitar la ciudad más bonita del sur del país y que hicieron un pequeño alto en el camino para escuchar eso de acho pero no sólo de mi boca, si no también de la de mis paisanos. Bien es cierto que hace muy poquito que nos habíamos visto, que apenas nos ha dado tiempo a que nos crezca el pelo y que ojala y, fijo que así es, si todo marcha guay nos volveremos a ver bastante pronto, pero aún así, tomarte un refrigerio con personas que te gustaría poder ver a diario pero que no puedes siempre es una auténtica bendición. Por lo demás, poco que destacar, seguimos en stand by, seguimos sin trabajo, sin novia, y viviendo en casa de papá, seguimos sin ser nadie de provecho y bastante lejos de serlo, ya es para estar orgulloso de uno eh. Menos mal que no hay mal que cien años dure y que siempre termina escampando tras la tormenta, espero que estén todos ahí para verlo.


Sharlestán - Momento exacto

18 may 2015

Capítulo 88: Pagarás mis platos rotos

Viendo pasar los minutos, disfruto, no necesito más que pasear por una instrumental, soy astuto, como un zorro, pero no busco una zorra, mi verso es una cobra, te borra de la tierra. Ya libré una guerra contra mi mismo, ahora soy libre, se de lo que hablo, a mi nadie me destierra.

Gramíneas, olivos, polen, antiestamínicos, aerosoles, ebastel... A mi Pau Donés me trae unos recuerdos de mierda a día de hoy, pero yo ya le quería matar antes de todo esto. 'Que bonito es el amor, más que nunca en primavera', vociferaba sin complejos el muy cabrón. Será para ti. Yo cantaría algo parecido a 'que bonito es el amor': sobre todo sin conservas, o más que nunca si estás cerca, o cuando tú no tienes ropa o cuando creías que me querías. Pero no en primavera, joder. En primavera sólo hay ojos llorosos, narices rojas y estornudos ¿quien puede amar así? Yo desde luego, muy engañado debo de estar. Que sí, que las chicas llevan menos ropa, que los días son más largos y con más horas de sol y que la gente sale a las calles como si no supiesen hacer otra cosa. Quizás sea precisamente eso lo que me hace a mi quedarme no ya entre cuatro paredes, si no dentro de esas cuatro paredes en las cuatro que me pertenecen por decreto. Esta vez me tocó perderme San Isidro, pues no era plan de meterme en el foco de todos mis males, por mucho que me llamase pasar la noche con los coleguitas. Aún así no fue una perdida enorme, ya que la semana pasada cundió de sobra para mi, que no es que sea una persona muy perrunillera. Hay veces que los toros se ven mejor desde el burladero. Creo que me he hecho viejo demasiado pronto. También empiezo a cerciorar con meridiana puntería que me equivoqué de época al nacer. No se si hace un par de siglos o dentro de un par, pero, aquí y ahora no es el momento, sin duda. Aún así afino el mecanismo. Tampoco falto a mi cita semanal con el cuaderno de ruta, y eso que mi vida es mucho más aburrida de lo que parece, que no es poco. Para colmo, el verano no es la mejor época para que esto cambie. Los pequeños caramelos que te dan eventualmente no son más que placebo para que mires para otro lado y hagas como que no pasa nada. Lo mismo son droga, droga que nos mantiene anestesiados sin ser conscientes de nuestro letargo. Maldito el día en que activaron mi bombilla para luego apagarla. Hoy parece que un niño juega con el interruptor como el que imita scratches con la cremallera de la sudadera. Los templarios blancos y rojos han cumplido su parte del trato y ahora me toca a mi cumplir la mía. No duden que lo haré, siempre es bonito volver a las orillas del Guadalquivir, pese a este calor, pese a que sólo vamos a entonar himnos y a guardar bonitos recuerdos. Quien te ha visto y quien te ve. Tengo que cambiar las luces o me voy a volver loco. Que curioso que cuanto menos tiene uno, menos necesita para ser feliz, cualquier pequeño gesto destapa en uno el tarro de las esencias. Mi deuda no es de pasta ni valores, es de oxígeno, en la carrera la fatiga es normal. No es lo mismo ser gracioso que hacerse el gracioso, como no es lo mismo tener talento que robar o copiar. Yo también tengo una atalaya y un cuarto en el que entreno, que no me garantiza nada, salvo estar preparado, por si llega pronto el cambio.

Se ha encendido mi bombilla, vaya, la vida es bella, a todos se nos va la olla, a mi por ella, hoy parece que el sol brilla, como nunca un anillo, podría pegar un salto y meterlo en mi bolsillo.


Me muevo entre vosotros, pero nunca me veis, me oculto entre las sombras como el odio que tenéis, queréis subir al cielo, llegaréis y lo veréis, pero sólo desde fuera porque no lo tocaréis... La vida es ajedrez, un instante es suficiente para dar la vuelta a la partida: sed lo que queráis ser. Que yo soy el rey, inmune ante la ley, hiphop, juego con la muerte como Antonio Block.

Entre tanto, sigo escribiendo, y siguen saliendo con cuentagotas pequeños retales de mi vida, que como tales los coso y los entrego. Lo de los jardines salió sólo, me dejaron Versailles y me dijeron: siembra, riega y poda a tu gusto. La inercia colocó el cosmos sobre la madre tierra. No hay ninguna chica con pájaros en la espalda en los cuales perderme, ni gomas de bragas bajo las que sea feliz feliz feliz, pero uno escribe mejor cuando ella tiene nombre pero no cara, amén de contar con la ventaja de que ya en la derrota (no ahora), al menos las frases no duelen, o, al menos no recuerdan a nadie. Últimamente, todo son flores, rollo: marrones como la anemia, marrones que paso como los de zebra, marrones de 'no me acuerdo que te iba a decir pero toma las gardenias'. Yo tengo un par de gardenias, un ramo de rosas negras y he perdido mis violetas, y mi nueve de Noviembre, justo ahora, en Mayo. Pero he comprado semillas, y abono, todo muy natural, como si se tratase de curar Gaia a base de homeopatía. Valiente paradoja, se que voy a morir de un ataque de alergia y me pongo a plantar y cuidar flores. Supongo que de eso va mi vida. Mientras termina o no de germinar todo, contacto con jardineros de otros lugares, para que vengan a sembrar sus flores, tan distintas y tan bellas a la vez, acá en el mio. Esta semana, pese a ser una más en el calendario, y ya pesa en exceso que pasen así, he contactado con un chaval al que admiro muchísimo, tras ponerse él en contacto con Sre. Le he comentado la posibilidad de participar en nuestras Nouvelle fleurs, a lo que ha accedido gustosamente y a mi se me ha llenado todo de colores. Tener la opción de contar con plumas que admiro tanto y escribir codo a codo es algo que a día de hoy no tiene precio, y que le hacen a uno realmente feliz feliz feliz. Creo que pronto quedaremos una tarde para echar unas birras y tratarlo todo como es debido, en persona y sin cables, y tantear el terreno. Sobran similitudes, sobran argumentos para hacerlo eterno. Yo también soy un ave, Fénix.


Sólo los sólo - Todo el mundo lo sabe

 

11 may 2015

Capítulo 87: Un hombre espera en el desierto

Me sustituyen por un gato, no debo de estar lejos, yo por orégano que exige menos trato. La impaciencia pudo con lo romántico, depilarse trae mal fario. Salgo con los gayumbos más feos, porque el código de Murphy es sacrosanto, deje de leer a Chinaski, ni soy un beatnik ni me gusta el whisky, comparto otras dolencias sin embargo... Expongo la fortuna a pecho descubierto. Estoy listo para caer, llevaba tiempo esperándolo, o soy ambivalente o bicéfalo, quédate con lo que más te complazca, pero báilame, báilame... Válgame la sombra de la adolescencia, ¿que orgulloso busca vulnerar y venerarse? Creo que soy yo y no ellas, como ir a la primera cita sin ganas, siempre la anterior te gusta más, es ley de vida...


BlabberMouf - StepInDaJam 




Mira como ruge nuestra grada, no estáis sólos en esta batalla... Sevilla una vez más, llévame a la final, juntos lo vamo' a lograr...


La vida te da siempre oportunidades. Siempre. A veces hasta vuelve, y te pone en bandeja el poder saborear de nuevo algo maravilloso por si en un primer momento por algún casual no supiste hacerlo. Yo no vi a Antonin Polster ni a Biri Biri. Tampoco estuve cuando Bilardo decía: ¡los de colorao', los nuestros son los de colorao', písalo, písalo! Ni con Arza o Campanal. No pude disfrutar de barrilete cósmico, cuando dios se hizo hombre y vistió nuestra casaca, y guardo recuerdos muy leves de Iván y de Davor. Yo empecé con Vassilis Tsartas, mi primer ídolo. Con Pablito Simeone y Matías Almeyda, con Rafa Paz y Nico Olivera. No era nada fácil ni divertido ser del Sevilla por aquí, éramos pocos, casi ninguno, pero no cobardes. Si hubiese habido algo que celebrar no hubiese tenido con quien abrazarme, con quien cantar las incontables canciones que suenan en gol norte y con quien comentar nuestras gestas desde este, nuestro lado de la barrera, desde el que se ve todo de un rojo muy rojo y un blanco muy blanco. Pero no hubo nada que celebrar por desgracia. Los mayores títulos conseguidos fueron las victorias en los derbys contra el Betis, ganar las eliminatorias de promoción y algún título de campeón de segunda división. Por otra parte todo eso nos supo siempre a gloria bendita, ya que no estábamos aquí por los títulos, si no hubiésemos desistido hace ya bastante tiempo, sucumbiendo a los cantos de sirena de los grandes colosos que, más tarde o más temprano acaban levantando trofeos y te llaman para que seas eso, uno más, entre iguales. Acostumbrados a que cuando uno de los nuestros brillaba un poco más de la cuenta acabase por abandonarnos más pronto que tarde, nadie podía soñar con días de vino y rosas, ya que las osadías terminan por romperle a uno lo piños cuando menos se lo espera. Para colmo, y como la alegría va por barrios, en el otro equipo de la ciudad empezaban a hacer las cosas bastante bien y a cosechar éxitos, lo que no hacía más que acrecentar la dificultad de ser colorao', más aún cuando por aquí si que convive una comunidad más o menos amplia y cercana de verdolagas. Aún así, no hay mal que cien años dure. Y hablando de cien, justo por esas fechas en las que uno se vuelve centenario como quien no quiere la cosa, en las que un trovador de estos de pueblo (de pueblo chico) le da por sacársela y escribir el himno más bonito que nadie pueda imaginar, empieza a madurar el fruto al que tanto tiempo dimos mimo y cuidado en las sombras, justo cuando nosotros tenemos la maquinaria y la técnica necesaria para recolectar y disfrutar la cosecha. Hace ya unos cuantos años pudimos vivir los años más gloriosos de nuestra historia, siendo yo ya lo suficientemente adulto como para saber la trascendencia de esto y la complejidad de lo ya logrado y volver a repetirlo. Todos podríamos decir de carrerilla cualquiera de las alineaciones de esos años, y uno no sabía a quien coger de ídolo, cuando años atrás podíamos dar gracias si teníamos uno y sabíamos cual era. Han pasado ya unos años de eso, pero cuando parecíamos haber perdido la senda, de nuevo se volvieron a alinear los planetas y el año pasado pudimos volver a saborear la gloria que supone un título y el salir a la calle a teñir una ciudad entera de un sólo color. Siempre ando preguntándome si algún día, cuando tenga un hijo, podrán ver sus ojos todo esto que yo estoy viendo. Recuerdo con mucha nostalgia y orgullo aquellos triunfos. Sin embargo, como decía, la vida te sigue dando oportunidades, y, lejos de sentirse uno acomodado en el éxito y restarle valor a lo que se está logrando, la dificultad que entraña conseguirlo no hace más que agigantar al mito y hacer que uno no pare de emocionarse con el escudo que llevamos en el pecho. ¿Que es el fútbol si no emoción? Este jueves, volvimos a vivir una noche mágica, una noche para el recuerdo, una más de esas de "y tú donde estabas cuando"... ¿Y tú donde estabas cuando Aleix se disfrazó de Messi? Yo estaba en casa de mi tío, el que me hizo formar parte de todo esto y me metió el gusanillo, con mis primos, a los que intento metérselo yo, como quien devuelve el mayor favor que le han hecho a uno. Con la humildad que nos caracteriza, y acostumbrados a las gestas, los nuestros nos han vuelto a dejar a las puertas de una final, a unas puertas a las que estamos llamando y que debemos tirar abajo el jueves, para que abran paso y guarden respeto al rey de copas. Nos han vuelto a poner el dispensador de gloria en la boca. Queda rematar. Queda no parar de cantar ni un sólo segundo. Queda no parar de sentir, de llorar de alegría, de tener la piel de gallina y la polla dura. Gracias a todos por tanto. Más que mi corazón, ahora y siempre, me late tu escudo.





Magic kids - Desconocido



No Womad no cry. Bien sabido es que las mejores noches y los mejores días son aquellos que surgen de la nada sin ninguna premeditación, y, mientras menos vengan a cuento, mejor. Por eso quizás el sábado ha sido de lejos la mejor noche en lo que va de año. Lo de que coincidiese con mi cumpleaños es tan arbitrario como la gente que se cruzó conmigo aquella noche, totalmente aleatorio, totalmente random. Ya conozco del peligro de salir el sábado a tomar un par de cañas antes de comer, pues no son un par, ni son antes de comer... son antes, durante, y después. No parecía el mejor de los planes lo de encajarnos en Cáceres, siendo las horas que eran y teniendo el domingo una entrevista de trabajo, pero bueno, cuando uno entra en el burladero a collejas lo mejor es agachar la cabeza y andar para adelante sin mirar atrás, no vaya a ser que en vez de en la nuca te las lleves en la boca. Y en esas se da uno una ducha rápida, sopla las velas, toma un pequeño pedazo de tarta y se monta en el coche de Garry sin hacer preguntas pero con el cinturón abrochado. Y así, como el que oye llover y sin darnos ni cuenta estábamos en medio del casco antiguo, atestado hasta la bandera, con botellas de plástico llenas de alcohol, con una mochila que es el bosson de Highs y con la mejor de las compañías posible. Lo primero que hay que destacar es que para poder reunirnos todos, tuvimos que vivir una de esas grandes odiseas que son posibles gracias a mi destreza con las nuevas tecnologías táctiles. El de Mangy es el decimonoveno número que apunto mal en el móvil, creyéndome yo que está bien apuntado, con lo cual lo doy como tal. Esto nos lleva a tener a Garry con el teléfono en la oreja hablando con la desconocida a la que yo felicité el cumpleaños (pensando que era Mangy) explicándole donde estábamos y preguntándole que si iban a tardar mucho. Por lo que se ve nuestra nueva amiga tardó un poco en reconocer a Garry pero acabó haciéndolo (?) y mientras nos decía que iba por Almendralejo (cosa que impactó mucho a Garry porque Jesús nos había dicho hace un rato que ya estaban por Cáceres) apareció doblando la esquina nuestra querida pareja, cosa que desconcertó bastante a Garry que primero pensó que era una broma pero luego se quedó un poco entallado, como todos, descifrando así el gran enigma de porque hacía mucho que yo no lo lograba contactar con MariÁngeles. Nota: si no os contentos los sms, sobre todo a las ex, y no os escribo y eso, es porque tengo mal apuntados los números (no es coña, ninguna de las dos cosas, bueno, la primera un poco). Una vez reunidos ya todos y habiendo dejado los bártulos en nuestra humilde morada durante unas horas, fuimos a picar algo de comer y mientras esperábamos la cena vi a lo lejos una cara que me era conocida pero que no conseguía ubicar muy bien en Cáceres. El caso es que me abrí paso entre la muchedumbre y pude abrazar no a uno, si no a dos amigos tan grandes como viejos. Fayez y el Brujo, que habían venido a Zafra a marcarse unos bailecitos a una competi habían aprovechado para parar en su vuelta hacia el norte y así tuve la suerte de poder ponernos al día a la remanguillé pero con tanta alegría que se me escapaba de las manos. Que bonito es reencontrar por sorpresa a gente que quieres tanto. También vi a lo lejos al gran Julito y empecé a hacer la ola hasta que vino a mi. Lo bueno de ver a Julio es emplazarnos a vernos en Sevilla dentro de un par de semanas para cantar juntitos esos himnos que se cantan en gol norte y poder repasar con tranquilidad tanto nuestra infancia como el estado del panorama actual, y drogarnos, drogarnos mucho. Pitukiiiii! Entre acto y acto la noche alcanzó cotas de humor inimaginables al inicio. Todos y cada uno de los de mi corro allí presentes estaban desatados. Coreábamos los cumpleaños de los que nos rodeaban con un ¡felices catorce!, hablamos de comida llegando a la conclusión de que la palabra 'menestra' debería ser un insulto, rollo, menuda tía más menestra o chúpamenestra, dimos papel como buenos samaritanos (aunque Garry se pensase que fuese papel de escribir al principio negando que tuviese, cuando se estaba fumando un cigarrillo de liar) incluso a niñas a las que Garry preguntó si habían hecho la comunión (a pesar de que lucían casi más canas que él)... Garry, que sin duda fue el alma mater y el que tiró del carro en todo momento, realizó una de las mayores paradojas que he podido vivir en directo refutando que era el tío más rencoroso del mundo siendo rencoroso en ese momento hasta límites insospechados. El peluca realizó el piscinazo más vergonzoso visto en años en medio de la plaza (cuando todos sabíamos que nadie le había tocado). También pudimos parar con Patri (la del pueblo) para recordar otro de esos grandes capítulos de este blog, como fue el de la última caldereta en el corralón en la que todos estuvimos desatados (y de la que hay documentos gráficos, cono en la cabeza incluído). Se pasó volando el botellón, quizás por la belleza del entorno en el que estábamos, quizás por la compañía que nos rodeaba. Y es que cuando te encuentras con la hija de Hank Moody en el Womad, pero en versión guapa, pues uno ya no tiene ojos para otras muchachas (y mira que las había y muy guapas). Si, amigos, otro de esos enamoramientos anónimos míos en los que se me olvida por unas horas que hay más mujeres en el mundo (incluso cuando esta ya se ha ido) y en el que me maldigo por no haberle dicho nada cuando tuve la oportunidad. Bien es cierto que estaba esperando a que el alcohol hiciese más efecto en AJ para que todo fuese más fácil, pero en esas se pasó la oportunidad y me quedé solito y desolado, esperando durante toda la noche poder volver a cruzarme con ella y hacer de Humprey en Casablanca. La próxima vez prometo no fallar. La próxima vez prometo escribir más sobre lo muy bonita que era la chica y como hacía girar la tierra sobre ella cuando bailaba, como temblaba toda la ciudad cuando sonreía o como nacía en mi una primavera sin alergia si miraba de soslayo. Ay Beca... que vida esta. Pero uno no tiene tiempo para amores cuando el mundo debe de ser rescatado, así que proseguimos con nuestra noche en busca de aventuras y electrolatino. Durante el camino pudimos seguir disfrutando de genialidades como ¡ese si que ha triunfado, quiero acabar la noche como él! (mientras pasaba un hombre de unos cuarenta tacos a quien llevaban a cuesta otras dos mujeres de la misma edad porque no podía con su cuerpo), así como normal que le vaya mal si lleva el primer botón de la camisa abrochado o verás que chasco se va a llevar la pobre de que se entere que Mangy es mi novia. Un nivel estratosférico al que no hace falta ni añadirle 'es que contado pierde gracia' o 'si hubieses estado allí'... Acabamos encontrando un local con sabrosura y allí empezó a agonizar nuestra noche, no sin que antes Garry culminase su genial actuación pudiendo tirar abajo la tarima del dj porque le apetecía hacer como que se follaba al peluca (Hugo durante toda la noche) dejándose caer sobre una especie de andamio que no tenía mucha estabilidad. Volvimos a casa a duras penas, perdidos por las calles de Cáceres pero teniendo una de esas conversaciones para la historia y maquinando futuros planes que llevar a cabo, pero dejando mucho margen de maniobra, para que nos queden tan bonitos como este improvisado. Give me the way! 








La contradicción tiene cabida en cualquier ámbito, pero el sinsentido es dañino, llegan con sordina y te dejan con sordera, busco un hueco en la ciudad y rellenar el de mi cuarto, nos hacemos mayores supongo... ya no puedo vivir sin sex. La vida es un regalo, te gusta si me encuentras un sentido si no varios, si no es un cargo. La grandilocuencia molesta como el silencio, o eres necio o arrogante o antipático, yo empatizo con apáticos, me subo en bajones. Salgo a la calle a dar un voltio a los cascos, tampoco pido tanto, una Fonda, Dunaway o Farrow, una que cante folk, tengo a Dustin Hoffman colgao' mirando la función, antes tenía tiranosaurios. Se van de mi vida pero al menos tienen claro que es el plus, no se cuando cedí mi almohada buena. 

Un año y otro año. Volvió Mayo y ya saben que en Mayo, aparte de la alergia, lo que también vuelve es esa fecha en la que uno añade otro digito a su cuentakilómetros. Un día y otro día, sólo que este año si que pude pasarlo en mi tierra y con los de toda la vida, cosa que en todos estos años anteriores no pude hacer. No ha sido un día para el recuerdo, no ha habido regalos (ni creo que hubiese sido justo a estas alturas de la película) aunque ha habido tarta y velas, ya que por casa si que se estila mucho esto. Siendo sinceros, y ya me parece vergonzoso por mi parte, hasta me llegaron un par de sms de números que ni tengo pasados a la agenda. Ya me vale. Esa es mi tara, no ser más equitativo. Luego me quejo. Poco, pero me quejo. Pero para lo que si sirve un cumpleaños es para hacer un poco de balanza y balance. Una vez pasado el cuarto de siglo, así como de golpe y porrazo, uno ya si debe de hacer las cosas de otra manera, o por lo menos hablar de otra manera. Hay quien se niega a ello, y una parte de mi sigue en lucha latente por ello, pero si que es cierto que hay otra que ya ha asumido hace tiempo que esa etapa de la vida, la más bonita sin duda, ya pasó, y que ya es momento de pasar a otra en la que las pequeñas satisfacciones son las que tienen un peso más importante a la hora de equilibrar la felicidad de uno. Como os dije, eché un ojo atrás, no mucho tampoco, hasta Enero, y vi que todos esos propósitos y planes que tenía, a casi mediados de año, no son más que una casa en escombros que en ningún momento me he encargado de mirar, ni mucho menos de intentar levantar. Tan importante es hacerse consciente de, como erigir. Si que es cierto que hace mucho que no tengo problemas con nadie, pero no es menos cierto que si que me agria el carácter según que conductas de la gente, según también que recuerdos. Todavía no he conseguido dominar esa parte interior mía, como no he conseguido nivelar el karma, ni hacerme consciente el mayor tiempo posible, ya que, si lo consigo, es esporádicamente y a priori no tiene nada que ver con nada que yo haga, diga o intente. La verdad es que me entristece. Hablando con Jesús en Cáceres de otro de esos grandes amigos que tenemos en común y que hace mucho que no vemos y del que dejé de saber hace tiempo, me comentó que había estado jodido con problemas psicológicos. Estrés, presión e incertidumbre. Welcome to the jungle que es el siglo XXI. Y reflexionaba Jesús de que siempre estamos inconformes y quejándonos de lo que no tenemos: si tenemos trabajo nos quejamos porque estamos agotados, si no, porque no lo tenemos, si tenemos pareja añoramos la soltería y si estamos solteros echamos en falta alguien que nos complemente, y así con todo... Este tema de conversación es bastante recurrente últimamente allá donde peguemos el oído. Quizás el primer paso para aceptar un problema sea reconocerlo, quizás le venga bien eso a esta sociedad enferma. Resulta bastante paradójico que a las alturas de historia en la que estamos, con los medios que tenemos para llenar de sobra nuestra pirámide de necesidades, sea cuando mejor se vive pero menos feliz se es. Quizás haya que hacer algo, quizás sean sólo elucubraciones mías, que yo de un tiempo a esta parte no soy el mismo, vaya usted a saber. Con todo y con esto, una vez habiendo mirado la piedra de mi zapato, procedí a mi costumbre de lanzar piedras a la gente, al sistema y al destino liberándome de toda culpa que no me permitía lograr los objetivos (y deseos) que me había marcado a principio de año. Pero como yo soy muy mío, y para que vean que no esquivo el envite, me he hecho una nueva lista que dependa sólo de mi llevar a cabo (en mayor o menor medida), y la pienso cumplir, palabrita. Me ha llegado una carta escrita a mano por alguien que me quiere tanto como yo a ella y que esta vez ha sido la encargada de recordarme que tengo mucha gente detrás que si que sabe como valorarme (gracias por los tickets). Una de las chicas más bonitas del sistema solar me ha regalado un beso por mi cumpleaños. Tengo una chapa de Totti que le pienso regalar nada más llegue (ya sabéis de quien hablo). Sigo teniendo un boli, un folio y las ideas claras ¿quien de los que está hoy aquí se va a rendir?





Déjame, me sobran tres cuartos menguantes. Caminaré, con paso firme pero errante. Nace la primavera en estos jardines colgantes, me sobra con sonar elegante...

Manín - Los jardínes colgantes [prod. Dj Skut]

4 may 2015

Capítulo 86: Madrid no fame

Madrid es una tenia, una garrapata. Madrid te saca de contexto con una bofetada de la que vives convaleciente durante un largo periodo de tiempo con un jet lag que lo desvirtúa todo. A mi me deshumaniza y me da fiebre, me aturde. Todos aquellos que somos especialmente sensibles o vulnerables a las influencias externas acabamos totalmente desorientados cuando de repente recibimos tantas que nuestro proceso cognitivo común para asimilarlas, interiorizarlas e interactuar con ellas se bloquea y quedamos expuestos sin defensas a la vorágine que supone un ecosistema en el que se vive excesivamente rápido. El skyline se asemeja al gato mecánico que sujeta fuertemente el bloque macizo sobre el que vamos a trabajar y que oprime mi cabeza como si tuviese los dos extremos del mismo rodeándola y cada uno de los habitantes de la urbe diese un giro de tuerca a la palanca de este, hasta que la presión remite en mi una jaqueca que me inhabilita como ser humano. La experiencia se puede equiparar a la de cambiar a un animal de hábitat, o a un ser humano de continente sin las herramientas necesarias para poder comunicarse con fluidez en un lugar donde parece que todo el mundo está jugando con unas reglas distintas, aunque al mismo juego. Madrid te aporta perspectiva, te recuerda que no eres nadie, que existen demasiadas personas en el mundo como para que a nadie le interese lo que piensas, lo que dices, lo que haces, que te duele o si estás triste... ¡sorpresa! Madrid ya no es lo que era, cuando te paras te miran de otra manera. Ni siquiera pude pararme a ayudar a la loca de la carpeta. No dejé ninguna de las muchas pegatinas de mi grupo y de mi crew que me llevé porque había demasiados stickers, y para encontrar un sitio decente hubiese tenido que pisar los de otros, viéndose la mía expuesta a ser pisada. Quizás simplemente no las dejé porque hubieran sido una más, porque nadie se hubiese parado a mirarlas porque hay tantas como para no pararse a mirar ninguna, como un campo de flores del que si no te alejas no puedes disfrutar, como comer todos los días jamón, como jugar la Champions todos los años. A mi me gustan los que siguen las señales, las pistas. Cuando alguien busca el origen de las cosas, cuando en vez de andar hacia adelante, desandamos lo que otros andaron para llegar hasta ellos. Antes de aprender, desaprendí. Antes de volver a llenarme de algo o de alguien, hice hueco, por eso siempre me vacío en cada cosa que hago, por muy pequeña que sea. Sobre todo en las pequeñas cosas. Por eso si levanto la vista del libro en el metro para mirar a una chica es para no apartar la mirada, para sonreír a bocajarro aunque se baje en la siguiente estación. Aquí pasan todos los buses menos el mío, que me lleva a tu barrio, sin ti pero siempre contigo. Sin ti pero siempre en ti. No saqué la cámara de fotos. No inventé en mi cabeza historias de cada una de las personas con las que me cruzaba. No me senté en el metro. No me enamoré. No me enamoré, ay. Quiero decir, no me enamoré anónimamente, y eso si que es triste. El yugo que ha ejercido esta vez la capital ha pasado más factura del que solía pasar. Pero no pasee los pies descalzos porque tenía zapatillas nuevas, una mochila que es el bosson de Higgs y una camiseta de A tribe called quest. Yo que pensaba que alguien bailaría conmigo el Got til it's gone... Pero bueno, soy un luchador idealista y soñador lo suficientemente loco como para que nadie me derrumbe mis castillos de arena, mis castillos de naipes, mis castillos en el aire, como para bailar sólo si es lo que requiere el guión, para ser Andy García en Lost city, con una percha que no es la mía, por ti seré eterno manantial... Al menos no me llaman por mi nombre de pila. Hacia todas partes voy. No podéis verme, mis sombras están pisando a las vuestras.


Cristalizo los recuerdos en el pecho que alimentan al gusano de mi estómago, le pedí a dios que mi dos venciera a tu as, no hay juego por encima de las reglas. Es la enseñanza del discípulo, el aprendizaje del maestro, el infinito que me espera me parece escaso, eh chacho, la hipérbole no crea el exceso.

A mi me gusta tener faros y que estos sean personas. Uno antes de salir de viaje hace marcas, y siempre apunta donde debe de haber luz por si cae la noche, poder seguir caminando. La luz siempre te la suele dar aquel que en mayor o menor medida, es como tú. ¿Se acuerdan de la chica que hablé en el bonus track del Fabrés? Aquella que dije que me hubiese molado mucho conocer más profundamente pero que váyase usted a saber porqué no pudo ser... Pues la vida siempre te da treguas. Siempre. Y si no te las da, la coges por el cuello y se las robas. Yo soy muy de eso. El caso es que nada más saber que iba a Madrid le escribí a esta cosa que es como los buenos perfumes, se vende en tarros pequeños. Venía to' macarra y se había puesto sus gafas de sol para sacar a relucir su chulería madrileña, y muy guapa, pero eso no es novedad. Le sienta bien bonito el pelo largo. Eché toda la mañana con ella y se me pasó como suele pasar con estas cosas, casi sin que me diera cuenta, pero tuvimos tiempo para poner todas las cosas que estaban desordenadas en su sitio y hacer un buen repaso de estos dos años que ambos pasamos por Salamanca. También nos dio para recordar a todos esos que andan lejos y a prestarnos un poquito de yodo para las pequeñas heriditas que tenemos ambos. Parece que cuando alguien te sopla y tu le soplas se curan mejor. Lo demás se queda entre nosotros (¿ya me estáis siendo mal pensados, eh? si sabéis que yo os lo cuento todo). Espero que no pase tanto tiempo en volver a vernos, como espero que la vida le vaya tan bonita como su sonrisa. Decidme que no.



Y ya que voy a Madrid termino de quedar con todas las chicas guapas que conozco (o al menos con las que me contestan al teléfono). Yo soy muy de saldar deudas pendientes y no podía pasar de este año eso de conocer a esta chavalita. Los primeros encuentros tienen esa magia que tienen las primeras veces, y ese tipo de cosas que te mueven la barriga aunque sea una mijina que bien merecen la pena. Me gusta Mónica porque te mira a los ojos cuando habla, porque ve la vida bonita y porque me trae chucherías y chocolate. No, cabrones, no soy materialista, lo decía porque esos detalles son de alguien que me conoce mucho mejor de lo que os podéis pensar. Yo como soy un caballero también le lleve lo que se les lleva a las señoritas en las primeras citas, una joya. Se que sabe apreciarla igual que yo, si no de que. Para seguir con la costumbre, todo lo demás queda entre ella y yo, y no será la primera vez que esto pase, acuérdense. Merci por la mañana y por todo eso, ya sabes. 


La capital es de lejos el sitio donde más gente que quiero se aglutina, y para colmo estos son de los que quiero mucho. Tengo a tres pedazos de personajes con quien comparto lazos que no podéis abarcar bien, anclados en el centro y la periferia. Quedar con Tony es tan complicado como que consigan demostrar todos mis crímenes de guerra. Tarea ardua difícil. Aún así lo conseguí. Logramos arrancarlo de sus quehaceres aunque fuese un ratito para darle uno de esos abrazos en los que tengo que ponerme de puntillas. Y luego ya a abrir los oídos, porque es de esas personas de las que siempre tienes que aprender y que tienen mil historias y batallitas que contarte y en esos casos es mejor ser esponja. Me puso al día de todo lo que tiene en la cocina, de como le va la vida y yo pude darle pegatinas, de esas que siempre me da él a mi. ¿Que más se puede pedir? (¡puedo pedir recuperar la foto que nos echamos en ese garito tan guapo al que nos llevo!). Pero no fue al primero que vi. Y es que lo primero que hice nada más llegar a Madrid fue sacar un billete para Aranjuez (pese a las horas de bus que llevaba encima) para achuchar a Rafa e irme a entrenar a tenis de mesa a su club. De lejos es de los mejores ratos que he pasado allí. Disfruté como un enano viendo la caña que le dan, lo duro que entrenan y lo que me queda a mi para alcanzar ese nivel (que no duden que lo alcanzaré). Creo que no me cabía la sonrisa en la cara con la pala en la mano. Lo que si me cupo después es una cerveza mientras hablábamos de fútbol, de música, de rap, mientras hateabamos y mientras veíamos que nos faltaría mucho tiempo para tocar todos los palos que teníamos que tocar. Por eso quizás volvimos a vernos, esta vez con Luna, que yo no se como lo hace pero cada vez que nos vemos está más guapa (si es que es posible). Fuimos a un centro comercial a tomar un café (me querían llevar al ikea los muy cabrones) y echamos la tarde como se echan las tardes entre gente con la que siempre estás en confianza, con gente que te quiere como tú a ellos. Y me quedaba el cabrón más grande de todos, al que también vería por partida doble y el que me hizo ir más cargado de la cuenta a Madrid, pero venir igualmente cargado. Mi compae' de rimas y que se empapa en alcohol por él y por mi me esperaba en sol igual de blancata que siempre y con un acento al que se le notaba su paso por el país de Stoichkov. Por supuesto que le enseñé todo lo nuevo, y él a mi, y hablamos de como un día de estos os abriremos el culo, y nos drogaremos, y hasta paseamos por las calles con cara de malos. Tuvimos hasta tiempo para que su jeva nos llevase de cañas (y ya era hora de conocerla, y mucho más guapa en persona, donde va a parar) y se riese de mi acento. Espero que ella me traiga de Londres un polo tan bonito o más que el del CSKA. Fueron sin duda días de vino y rosa, días que marcar en el calendario, gente de la que guardar sus fotos de carnet en la cartera, de esos con los que te entiendes con mirarte y por los que maldices al destino por no poder disfrutar de ellos más a menudo. Me es igual, he aprendido a que me cunda por todos los ratos que no puedo verlos y más. No tardaréis mucho en volver a verles por aquí, os lo prometo. 



En Madrid tengo dos hogares. Tengo muchos más, pero sin duda donde más caliente se está cuando hace frío son en los que he tenido suerte de habitar estos días. No son más, ni mucho menos menos, que esos sitios donde sabes volver aunque estés perdido, donde acudes cuando te duele algo o donde sabes que puedes desconectar cuando necesitas hacer un pequeño parón porque todo te puede un poco, por mucho que seas un superhéroe, que lo soy. Uno de los regalos que te da la vida es el tiempo, sin duda. Tenerlos a ellos desde hace tanto no hace más que llenarlo todo de risas y alegría, son como el oro, que pase el tiempo que pase jamás se devalúa. Me conocen tanto de oídas como de vivencias, y eso lo pueden decir pocos, los de verdad. Y por eso podemos tirar de cuaderno de bitácora y acordarnos de cuando nos acordaremos de acordarnos, ya sea con unas hamburguesas de un pavo entre las manos o pegándonos unos bailes en el Chapandaz, como velero en el mar. Me gusta que sean el principal motivo de agarrar el petate y meterme unas cuantas de horas de bus entre pecho y espalda. Me gusta que Petxu me presente a la piba que le hace feliz (no albertadas, por favor) y me gusta ver que tienen la materia prima para hacer algo bien bonito juntos, y yo estaré ahí con mi canon cuando sea el momento. Me gusta que Laurita me haga cosquillas antes de dormir, y compartir salchichón y galletas de Holanda. Me gusta cantar canciones de Pxxr gvng por las calles de Madrid y me gusta el bar ese de raciones, y que se vengan cuando quedo con más gente, y que Tetxi me deje las llaves de su piso como si fuese mio. Me gusta todo esto porque se que lo que queda es mucho mejor que todo esto, básicamente. Porque si reír alarga la vida rebasaremos los topes. Prometo hacer gifs para la próxima, esta vez estuve tan a gusto (por mucho que me quejase) que ni saqué la cámara. No tengo mucho que decir sobre ellos que no sepáis, son de los que no hace falta decir mucho.







Sexo oral con escafandra, supero el contacto, máximo nivel, tantra. Estoy hasta las tantas, sobre dos notas, repetido como mantra. Me bebo los océanos, cuando fumo cielo prefiero hacerlo despacio... soy la razón de tu presagio, nada más sugestivo invadirá tu espacio. No voy a gritar a quien no quiera escuchar, no pienso mostrar a quien o quiera encontrar. Cuando vacían la despensa de los sueños, teatro de ocurrencias, huevos, empeño.

Por cierto, la semana que viene, el sábado, hago veintiseis. Madrecita, yo que pensaba que este año iba a ser la polla y llevo cinco meses y no he hecho nada útil. Un palo más a la espalda, muchos propósitos sin cumplir, una lista de derrotas que ni Lotina y un saco de intenciones que son sólo eso, intenciones. Haré una lista para la semana que viene. No os pondré el poema de Ángel González, que os lo sabéis de memoria, ni os diré lo que estaba haciendo el año pasado, ni os avasallaré con fotografías de sms (si es que llegan sms). Deciros que para mi los años hace mucho que dejaron de ser años, simplemente son letras en mi tatuaje. Deciros que me dan igual las velas, los matasuegras, el confeti y la stripper dentro de la tarta. Yo sólo entiendo de fotografías y no me podéis hacer un vídeo porque las tengo yo todas. A esta edad muchos ya habían triunfado en la vida. Lo mío es para estar más que decepcionado, con los mimbres que tengo... Me gusta mear contra el viento. Me gusta este olor a derrota que no se quita ni duchándote. Me gusta llevar estas cartas de mierda, y las misivas de mierda también, por supuesto. Lo voy a llenar todo de fuego. No os preocupéis, tengo al Mini diciéndome lo que piensa de mi. Os faltan muchas horas.


La mafia del amor - La disco resplandece