16 sept 2013

Capítulo 1: Kilómetro cero

No es fácil crear un pasado con todos los apéndices y antecedentes que esto conlleva, y creo que no lograría ser fiel al mio ya que siempre otorgué al mismo los matices que consideré oportuno cada vez que lo narré a mi modo, pero por no perderme demasiado en el mío, pondré mi historia en situación tal y como se encuentra actualmente y a partir de ahora iré añadiendo pequeñas piedras a ese camino que no es más que la senda que voy dibujando con mis pies a cada paso que doy. 

La verdad es que no soy muy partidario de poner picas en los puntos iniciales de cada historia, soy más de dejar una leve descripción de los mismos ya que estos deambulan en intervalos de tiempo, pero todo viaje comienza con un primer paso, y creo que mi andadura hacia rutas salvajes bien puede empezar con este nuevo curso en Salamanca. 

El verano ha pasado como pasan esas pequeñas cosas de la vida que no hacen mucho ruido y que sin darte cuenta se pierden cuando menos te lo esperas. No ha sido ese verano en que me hice mayor, pero si que es cierto eso de y ella que ya no llama... Una pequeña parte de mi quedó clavada en el Jerte a comienzos de Julio, donde encontré una comunión con la naturaleza con la que hacía tiempo que no me reencontraba. 

Entré en esa fase en la que sin saber como ni cuando se ha quemado el calendario y no es que te importe mucho. Andaba en días de auténtica paz con todo, si bien puedo decir que a día de hoy esa paz (nada que ver con eso de dar gracias a Dios) aún no me ha abandonado. Cito a Lao Tsé, ya que en ello invertí la mayor parte de mi tiempo, intentando aferrarme a mi mismo y crecer por dentro, sin tener que derrumbar los muros: 

"Aquellos que conocen a otros son inteligentes; aquellos que se conocen a sí mismo perfectamente son iluminados; aquellos que se conquistan a si mismos son fuertes; aquellos que están satisfechos, son ricos; aquellos que actúan con persistencia, tienen voluntad; aquellos que nunca pierden sus raíces, perdurarán".

Una de las cosas que sin duda más feliz me ha hecho este verano, como siempre a lo largo de toda mi vida ha sido poder avanzar en el proyecto que me atañe que más vida me da y me aporta ahora mismo sin duda. Puedo decir que ya queda menos para la salida de Galaxies, y que uno siente una gran alegría y gozo cuando sabe que un proyecto tiene buenos mimbres, se le da tiempo para que madure y se le pone unos cimientos sólidos sobre los que erigir algo que ha de sustentar un peso inmaterial pero de grandes dimensiones. No cabe duda de que estamos haciendo (y digo estamos porque no me considero el único artífice) algo bien bonito.

He compartido mucho de mi tiempo con esas personas que amo y a las que echaré en falta en este tiempo que pase lejos de ellos (no os preocupéis, os los iré presentando poco a poco) y cierto es que cuando uno se vacía por completo a si mismo es más fácil llenarse de todo y con todos.




También es cierto que me dejo en el tintero este verano muchas cosas por hacer, muchos poemas por escribir, canciones que cantar, cartas que mandar y llenar de abrazos a gente que no he podido ver. Espero no tardar mucho en hacerlo, sobre todo esas cosas de suma y vital importancia, ya que cada uno comparte destino con quien elige, no cabe duda. Por si acaso, me he encargado de dejar a gente bonita y a la que quiero mucho repartida por todos los lugares que me ha sido posible, ya que nunca sabe uno donde va a asentar campamento o donde va a necesitar una mano amiga.


A veces ando hacia tierras extrañas y siento vértigo, a veces me siento aventurero y aunque me encuentre en tierra de nadie se como hacerla mía, tanto, que por momentos, me engaño a mi mismo y me creo medio charro. Voy a mandar muchas postales este año, sin remite por si buscan encontrarme. Puede que me haga un poco viejo, pero siempre se a donde debo de volver como Proust, donde está mi magdalena, donde recupero colores que los demás no vieron, olores que son como droga, sabores autóctonos.


Iré añadiendo por aquí pequeños hilos musicales, videoclips, fragmentos de películas, series, sobre todo también muchísimas citas y referencias que no dejan de formar al fin y al cabo ese conjunto de cachibaches que todo aventurero necesita para llenar su mochila para toda esa serie de imprevistos que puedan surgir. Creo que no puedo empezar de mejor manera que con este tema, y de paso, con el primer libro, que probablemente ya vaya citando en el siguiente capítulo, que voy a comenzar a leer en breve.


Rase - Easy rider 




Y para terminar esta primera huella, que mejor que esta pequeña cita, digna del bueno de Alexander Supertramp, para, sin trampa ni cartón, aglutinar a partir de aquí un paisaje sin dejarme nada en el tintero y buscando encontrar como último objetivo de este viaje, lo que reclamaba Thoureau por encima de todas las cosas:

"Antes que el amor, el dinero, la fe, la fama y la justicia, dadme la verdad"



No hay comentarios:

Publicar un comentario