14 oct 2013

Capítulo 5: Que te importan todos los demás

La soledad es mi palacio, saboreo despacio, dale tiempo y espacio a este necio, pues creció el desprecio y rechazo hacia cualquier flechazo, dame tiempo y espacio y dámelo a buen precio. Yo te haré apreciar el silencio y tú el cansancio, político a pesar de la distancia... ¿No tenéis trabajo? ¡Trabajo! No es esa la cuestión , la cuestión es tiempo y espacio al corazón. El tiempo es dinero, el dinero es poder, es poder comprar un espacio donde poder joder, y no es eso a lo que aspiro pero me rodea el orden...

Hace tiempo que no soy el rey del sofá, de hecho me siento en territorio hostil. Bien es cierto que mis fronteras las pinto yo y mi nación está en mi alcoba, y aquí no hay embajadas. Salamanca combina microclimas a diario, y a veces me da fiebre, a veces me abruma y me hace sentir pequeño. Estamos avanzando nuestros conocimientos de photoshop a pasos agigantados, y deslizando nuestras zarpas por la cámara de vídeo como si fuese una extremidad más. Algunos hacen auténticas joyas, retratan a mi familia, no la de sangre, la de los lazos externos.


Casado y yo tuvimos una pequeña discusión. Hacía mucho que no discutía con nadie y me dolió que fuese con él, pero por otra parte era casi quizás inevitable que fuese con él con quien discutiese, dados nuestros caracteres y el cariño que nos tenemos. Sobra decir que cuando hay amor, el rencor no ocupa espacio ni por momentos, y al rato ya andábamos los dos rapeando como bestias pardas y gozándola como si nada hubiese pasado. Me da pena no poder reprimir mi carácter como había conseguido de un tiempo para atrás, debo de tener más presente en todo momento cual es el camino, pero necesito señales, indicios y muestras de que todas mis convicciones eran correctas. Se que esas mismas sólo están dentro de mi, pero por momentos vuelvo a perderme tanto como lo he estado toda mi vida y como lo están el resto de personas del mundo, que no es poco.


Últimamente cuando salgo me encuentro mucho con Laura, y eso me gusta, y me hace feliz. Me abraza con mucho cariño, y me da muchos besos, y a mi me gusta, y me gustan sus labios pintados, y su lunar, y me gusta no sólo saber que existe si no cerciorarme empíricamente de ello. Las coincidencias deben de darse porque frecuentamos los mismos antros de mala muerte. Pero este jueves no me alegré sólo de ver a Laura, si no a otra chica que para mucho con ella. Ya le dije, con todo aquello de sentirme excesivamente desinhibido el año pasado, que era una chica demasiado bonita para ser verdad. Es una auténtica lástima que no recuerde mucho más, lo que te dan por un lado te lo quitan por memoria, que dicen. Aún así, gasta un nombre que va cosido a ella y que no podía si no hacer juego con como brilla el mundo cuando sonríe. Lucía. El caso es que estaba pinchada allí, en el último tugurio de la ciudad helmántica, moviéndose al ritmo de la música, que en este caso me dio igual cual fuera, fíjense lo que estoy diciendo. Y todo paró por un instante. Fue un como que si esa chavala se pone a bailar acabará bailando todo el bar en toda regla, el más bestia que he visto en mi vida... Y yo presencié ese espectáculo, y ella ni siquiera sabía que yo la miraba, y el mundo se paró, y me dio igual si alguien sufría o si un pibe se acababa de enamorar de una chica, me dio igual el dinero, el ego, la fama y casi el espíritu, y me dio igual que Sabina no la viese y escribiese una canción, me dio igual si algún día sabremos de donde venimos así como saber donde acabaremos, y no fue por pasotismo o indiferencia, quizás fue por una palabra que aún no se ha inventado, y quizás esa sensación sea merecedora de no ser escrita con palabras. Y que si la belleza se queda corta.


Le gustaría muchísimo volver a querer como había querido antes, y volver a comportarse de nuevo con divertida ligereza y corrección, y volver a ser tan apreciado como entonces, y tan sensato y entretenido, y aún mejor, pues la gente a la que quiere se merece sin duda su lado bueno, o al menos la devolución puntual de sus paraguas, pero no puede. Cualquier forma de amor, incluso la más diminuta le recuerda dolorosamente al amor perdido. Incluso esa forma minúscula de amor que viene a llamarse, con frecuencia y a falta de un nombre más adecuado, amor propio. Caminar tres calles para devolver un paraguas le destroza el corazón. Tan pequeño ha llegado a ser. La canción más tonta le detiene y le obliga a regresar a la cama para taparse la cabeza con las mantas.

Me empapé de A Roma con amor. Confieso que lo del amor a primera vista fue por el reparto, ver a Benigni a las órdenes de Allen era irresistible, pero de que me encontré con Roberta mi corazón dio una sacudida... Siempre será Roberta, se llame como se llame. También aparecía por ahí mi alterego, Freddo, un cameo breve pero traerle a escena es como recuperar el punch. La historia que más me movió de todas fue la del arquitecto con novia, al que por un giro de guión le llega el pivón de turno y le lía la trece catorce, y sacrifica su estabilidad, lo que siempre había deseado, la lucidez por un momento fugaz, por una chispa que se perderá pero... una chispa es una chispa y la vida de algunos ni aparece. Dilema.

Hysterical literature: Session one, Stoya


El sábado lo pasé tranquilo en el keo, que apetece. Últimamente apenas gozo de quietud, y echo de menos estar a mi rollo. Vino Germán, y estuvimos en modo rap toda la tarde. Se rapeó el primer cacho que se ha escrito, y me sorprendió muy gratamente en todos los aspectos, ojala la constancia y la disciplina hagan que crezca en esto, sería genial. A la noche bebimos algo tranquilamente en el salón, que nos acompañaron Iván y Elena. Dimos una vuelta por el Irish y San Justo y vinimos para casa. Paco se encuentra on fire en esto de darle duro a las improvisaciones de trap, y la verdad es que me echo unas risas tremendas porque el cabrón es realmente auténtico. Le mandé un par de sms a Daida, y es que con el acento de Elena es imposible no acordarme de ella e inevitable lanzar granadas de mano. Me gustaría poder lanzarle granadas de mano a más chicas de mi vida, pero no puede ser así. Algunas veces estas surten efecto. Daida me llamó, y tras tres años volví a hablar con ella. Oir su voz fue la canción más dulce que escucho en mucho tiempo. Hemos quedado en llamarnos y espero que así sea, para ponernos un poco al día y tal. La echaba mucho de menos.







El domingo fue domingo desde que empezó hasta que terminó, y más si me pongo a recordar que ha sido el fin de semana del Pilar y yo no me he acercado a que me vean los letraos' de mi pueblo. En el pilar es imposible no acordarse de que hace tres años Marina se fue sin avisar, y a mi me sigue latiendo en el pecho, y me hubiese gustado darle más besos de los que le di, y bueno, esas cosas de la vida... No se mucho de mis amigos, quizás la culpa sea mía, que soy muy despegado, o quizás sea de esa cosa de la que hablaban los mayores de que a medida que creces y aumentan las responsabilidades y cada uno adquiere sus compromisos y tal, como que nos vamos despegando en lugar de solaparnos... Y duele. Pero siempre se puede romper con esa mierda, espero que nunca sea demasiado tarde. Y espero saber algún día que significa exactamente demasiado.

Pero bueno, eso de las dobles vidas tiene también su qué. Para matar el tedio que nace de entre las raíces los domingos me disfracé de Adriá e hice de mi cocina el Bulli para preparar un arroz con pollo al curry con el que te quedas loco no, lo siguiente. Tengo muchos planes para esta semana que entra y se que no voy a cumplir la mayoría de ellos, pero esa es la historia de mi vida por otra parte.



Charly Efe - Nada que temer

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