20 jul 2015

Capítulo 97: Bon voyage

Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso, es un verso. No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañas si te mudas a diez cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país, es un tarado mental. ¡La patria es un invento! ¿Qué tengo que ver yo con un tucumano o con un salteño? Son tan ajenos a mí como un catalán o un portugués. Estadísticas, números sin cara. Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos, y eso sí se extraña, pero se pasa...


A mi me gusta mucho remitirme a la historia para establecer relaciones y nexos con lo que disfruto a diario en mi vida, como si mi historia fuese historia que se repite, que muy probablemente es lo que es. Si echamos un ojo atrás, vemos que todo cambio de etapa, todo paso a una nueva era, viene dado por un acontecimiento importante, un hecho que supone un pequeño cambio, una pequeña revolución que hasta entonces no se había dado. No se pasa de la edad antigua a la edad media o la moderna así porque si, se toma como punto de partida un acto, una obra, un descuido, un accidente como la escritura, hasta descubrimientos o trances como el fuego o América. No es que a partir de dichas aristas la vida cambie radicalmente, para nada, al revés, la mayoría de las veces se sigue como si nada hasta que uno se acostumbra y aclimata a esa permuta, pero si que tiene que haber una pequeña muesca que marque un antes y un después. Creo que eso era lo único que faltaba en mi caso desde que anuncié con mayor o menor spam que en cosa de un mes me mudaba a vivir a Worthing. Pues bien, ese mes ha pasado, apenas cuatro pequeños capítulos de este libreto y ya estamos aquí. Si bien para que todo siga igual es necesario que todo cambie, si que es cierto que hacía falta una pequeña raya en la pared que indicase que se termina una etapa para empezar otra, cosa que llevaba mucho tiempo echando de menos pero que no se producía, aunque todo siga absolutamente igual que hasta ahora, salvo que en esta ocasión ese evento se ha producido. Si me dicen de echar la vista atrás y recordar días puntuales de mi vida en los que fuese plenamente feliz, no suelo recordar muchos, no diría un día en concreto como el más feliz de mi vida. Quizás recuerde etapas muy positivas, buenas rachas, momentos en los que me sentí totalmente vivo, totalmente pleno, totalmente consciente... Pero no diría una fecha concreta. Supongo que quizás el día en que mi hermana se recuperó por completo, el día de su comunión (ya que pude disfrutar de familia y amigos), algún día en el que alguna chica y yo fuimos uno desde el primer rayo de sol hasta el último, quizás cuando mi esfuerzo se vio recompensado con la consecución de alguna victoria por pequeña que fuese, ya fuese esta académica o deportiva, puede que la primera vez que grabé fuese un gran día también por todo lo que supone (y por abarcar esa faceta)... Pero vaya, seguiría sin quedarme con uno por encima de todos. Aún me faltan días grandes y que seguro llegarán, claro está... el día que refrende mi amor con la mujer de mi vida (no boda, no religiosa ni civil al menos), el día que nazcan los hijos que tengo pensado tener, ese momento en el que consiga estornudar sin cerrar los ojos o cuando me publiquen mi primera maqueta larga en war4. Lo que si que es cierto es que uno de los días más felices por todo lo que supone, al menos desde que tengo uso de razón y desde que paseo y os paseáis de vez en cuando por aquí tuvo lugar este sábado pasado. Quien bien me conozca sabe que no me gusta en exceso llamar la atención, que disfruto pasando desapercibido y que me pongo nervioso cuando soy el foco de las miradas, no se actuar excesivamente bien en estos casos, pero para que se den momentos inolvidables quizás a veces sea necesario todo esto. Tener bajo el mismo techo con la calor que hacía a familia y a amigos de distintos mundos de mi vida es el mayor regalo que se le puede hacer a una persona como yo. Se puede decir que no estaban todos los que son, pero si que son todos los que estaban. Echamos de menos a alguno que otro que por diversos menesteres existenciales no pudieron pasarse a brindar y a celebrar que me vaya (que es lo que hicimos, congratularnos de que estaré bien lejos y si dios quiere por mucho tiempo), a festejar que fuimos grandes amigos, hermanos, hijo de mis padres, nieto y demás todo el tiempo que esto duró y que fue bonitos teneos (y espero que para ustedes tenerme) presente de un modo u otro en mi (vuestras) vida/s. Agradeceré muchísimo a DF que se pasase por la liturgia, porque yo se que él no es muy católico y porque es con quien he decidido compartir esta etapa de mi vida (no hommo), porque para mi era muy importante que estuviese allí, y porque se que disfrutó y mucho de mi gente. Agradeceré siempre también a Marina que se pasase, por todo lo que fue en su día (y la huella que ello deja) y por lo que sigue siendo. No podía faltar esa chica que siempre ha estado y está (no hommo), en la que siempre confío y a la que siempre acudo cuando tengo un problema, mi Pepito Grillo y la que me ríe la gracia aunque no la tenga, por la que no pasan los años pase lo que pase. Gracias, Laura. Dar las gracias también a los de siempre, y los de siempre son los de siempre y para siempre. Más arriba, más abajo, más cerca, más lejos, más feos, más pijos, con más o con menos pelo, mas perdidos o más inmaduros, pero siempre, por, desde, y para siempre. Sos lo que lo sostiene todos putos, os echaré de menos en la más amplia, dura y nostálgica, así como bella, de las acepciones de la locución verbal transitiva "echar de menos". A las dos chicas que acompañan a dos de los de siempre, no les daré las gracias sólo por estar, si no por saber llevarlos por donde tienen que ir y hacerlos felices de esa manera que sólo ellas pueden (no hommo), ya que no sólo potenciáis su felicidad, si no que potenciáis por inercia la de los que los queremos. Os quiero. Y como no, aunque me cueste decirlo más que otras cosas, quizás por el peso que conlleva y por mi manera de ser: gracias a mi familia, que son los auténticos artífices de que a día de hoy sea lo poquito bueno que soy. No recuerdo una sola vez en que no haya gozado de un apoyo incondicional ante cada decisión que he tomado, por errónea que esta fuera. No recuerdo un sólo momento sin que estuvieran detrás mía para no dejar caerme o, en su defecto, para levantarme cuando no quedaban más cojones porque ya me había metido la ostia del siglo. No recuerdo una sola vez en la que no me hayan brindado todo su amor. Gracias papá por tus palabras y por tu ejemplo. Gracias mamá por estar en las sombras y perdonarme el que no sepa valorarte como mereces. Gracias Alejandro, a secas, para que te voy a decir más, capullo; bueno si, gracias por ir con las zapatillas de estar por casa al Katamarán. Gracias a Paloma por ser la guinda que todo pastel que se precie que quiera pasar a la historia debe de tener; por ser tan bonita. Gracias a todos por el amor, el cariño, y, en definitiva, por aguantarme; yo hace mucho que me habría mandado a tomar por culo de ser ustedes.

Dime con quien andas, y te diré quien eres. Sois todo lo bueno que se dice de mi, es un auténtico orgullo que manchéis vuestro camino compartiendo el mio, si no de qué. Gracias una vez más, y todas las que hagan falta.



Quinte con Los hombres de Mangy para eGarring




Ante días como el del sábado siempre te planteas el devenir de los mismos sobre la marcha, al menos un poco ¿no? Es como estar en un trampolín y tener que hacer uno de esos saltos con doble tirabuzón, escarpado y todos esos términos técnicos en los que van a valorar tu ejecución, tu destreza de movimientos, tu plasticidad, la dificultad del mismo, etcétera... Lo bueno de este tipo de días es que no es necesario que pase nada para que pasen a la historia, siempre serán recordados... pero por si acaso este no se quedó atrás. Aparte de haber dado ya mucho las gracias y demás, me gustaría darlas especialmente una vez más a una persona muy importante en este maravilloso dieciocho de Julio: el señor Jesús Quintero futuro lugarteniente capitán coronel sargento primero brigada mayor con muchas condecoraciones de la guardia civil, por saber tirar del carro como nadie y no dejar que el hype pudiese con él. Y es que las expectativas depositadas en él antes del inicio de la jornada eran tremendas y la presión muy grande, pero supo no dejarse amedrentar por las mismas y darlo todo con la categoría y la clase a la que nos tiene acostumbrados; esos que nunca fallan en las grandes citas. Dicho esto, lo más bonito del día fue ver mezclados a tanta y tanta gente tan dispar... Ver a Df dialogar con mi abuela supone un choque parecido al de la nave espacial en La vida de Brian, algo que nunca terminarás de comprender por completo. Poder ver echar un ratejo a Laura con todos, ver al canijo de mi primo con el sobrino de Rubén ponerlo todo patas arriba, sufrir un calor infernal juntos como hermanos miembros de una iglesia... Get ya know! Me gustaría decir que el auténtico inicio de la velada, para mi tuvo lugar tras el pregón de mi viejo, como no podía ser de otra manera. Ay compare' si hubieses caído tu a mi edad en estos tiempos... De ahí, hasta el termino de la comida, todo transcurrió como el más bonito de los protocolos. Con todo y con esto, la cosa pasó a mayores cuando desenroscamos la botellas y yo me eché un gin tonic porque me los echo para algún día decirle a Marta Sabugo que me acuerdo de ella cada vez que me echo uno. De ahí, hasta que cayó la noche, una caldereta más, siendo está la caldereta. Cuando perdimos la noción del tiempo, Colin tomó las riendas y el resto es historia. Grandes bailes rompiendo tarima (si por tarima podemos entender camioneta) al son del Informer o el Im' blue, grandes cánticos por bulerías, la mejor partida del juego de la silla que el corralón ha presenciado jamás y la jura de bandera más sentida que os podáis echar a la cara, palabrita. Visitas fugaces de plutonianos, hermana y primo y demás, pan mojado aparte, el reencuentro de Garry y Fernandito aparte, como grandes anécdotas, el festival de cultisetas fue todo un éxito. Pero la noche no acabaría ahí ni mucho menos, no podía irme yo de esta amada pedanía mía sin pisar el ferial y compartir con mis amados paisanos unas cocacolas y sin compartir a la gente de la que yo estaba disfrutando, por supuesto. A falta de Pepe bueno es el Deivi, que dice el refrán, y válgame si no dio juego nuestro colega. Pero sin duda alguna el que tiró la casa por la ventana fue Jesús tomando prestado el gesto que Rubén tomó prestado de Cristiano Ronaldo y guardando también para su repertorio el 'pavo real' que Laurita le regaló. Si seguimos vivos es sin duda porque la media de edad que por allí paseaba no era superior a catorce años, sin duda. Para terminar de rematar la verbena nos encajamos en la terraza de moda y compartimos los últimos bailes del verano, al menos los míos. Los últimos bailes, risas y abrazos. Espero firmas a pie de página recordando todas y cada una de las anécdotas de este día, ya saben, uno para todos y todos para uno. ¡Este coche se va a mover como no se ha movido en todo el día! 


Ludacris con DTP - Growing pains



Tengo que partir, mi corazón... antes que yo otros se fueron. Todos saben que las aves migratorias  siempre encuentran el camino de regreso. No llores más, mi corazón... que yo no busco el olvido.  Sólo busco futuro y horizonte, el faro que orienta al náufrago perdido. 

Regarás bien, mi corazón, nuestro jardín y los recuerdos. Y cuando pasees por el mercado brindarás a mi salud con medio y medio. Volveré muy pronto, mi corazón... y sanará el barrio enfermo. Todos saben que las aves migratorias siempre encuentran el camino de regreso.


Llega el momento, me piro... al filo de la mañana ¡que frío! ¿Quisiera usted decir unas últimas palabritas antes de partir? Pues si ¿no? Quería decir que tampoco da para tanto, todos los día hacen el camino de ida y vuelta miles de millares de millones de billones de personas y tampoco se le da tanto bombo, pero bueno, ya que estamos aquí, ya que hemos venido... He hecho muchos propósitos de enmienda, muchas peticiones, muchos ruegos y sugerencias, he entonado un sinfín de mea culpas, he dirimido y delegado mi responsabilidad en mi mismo y en otros... no se me ocurre nada nuevo, al menos en este momento, para este paso adelante que voy a dar. Probablemente dentro de nada piense 'mierda, esto habría quedado de la ostia antes de pillar el vuelo', pero uno no elije y gastar musas en esto me parece una perdida de karma o pérdida de cualquier causa azarosa del número limitado de causas azarosas que dispongo en mi vida (dentro del marco de la creatividad) que no merece la pena, sinceramente. ¿Que espero de Inglaterra? No ya abrir la mente, reventármela directamente. Ver muchas cosas que me gusten, ver tantas o más que no, que todo ello me cambie de un modo u otro para siempre, y que, durando lo que tenga que durar, que dure lo suficiente (que así será) y que esto sea mucho más que más. Punto pelota, no espero más. No espero un salario de la ostia, no espero comodidades ni lujos, ni conocer gente brillante (que ojala), ni alcohol ni drogas, ni sexo, quizás ni siquiera inspiración. Supongo que esto es lo que pasa cuando sublevas lo imprescindible a 'necesario' en mayor o menor medida, y lo necesario a prescindible. Tranquilidad en las masas, en UK también tendré colegas asesinos. Espero que vengan a verme, saben de sobra quienes de ustedes están invitados como saben de sobra que seré el mejor de los anfitriones y que gozarán de un viaje que contar a sus nietos. Aprovechen al principio, que chapurrearé peor la lengua anglosajona y pueden reírse de mi todo lo que quieran y más. Las fotos las estoy guardando para lo que se viene, así como tengo preparada una buena racha de historias, de esas que a ustedes os gustan... o no, vaya usted a saber, que sois muy raros cuando queréis. Nos olemos en las tabernas. Warped, como el Crash Bandicoot.


Disculpen si por necesidades de la vida me retraso en mi paseo matutino por estos lares, prometo volver con mucho que contar.


Tengo que salir de aquí, tengo que confiar en mi...



Dano - Arriba

No hay comentarios:

Publicar un comentario