Más de uno (y lo que es bastante más probable, más de una) se alegrarán bastante de lo que leyeron en la última de las entradas que dejé por acá, la última huella. Se de más y de sobra que han entrado acá ansíosos (con acento en la í, si, como diría Erik Urano) de información sobre lo ocurrido esta semana. Ha sido una semana larga, dura, como no podía ser de otra manera, pero una de esas que echaba de menos y necesitaba. Eh, zorras, sigo siendo hardcore, no se que os pensábais, y con el paso de los días más, con más perspectiva y cambios de prisma. A día de hoy, pesa el esfuerzo y cariño depositado en cada gesto, cada guiño, cada detalle y cada mirada cómplice. Y pesa no por haberlo hecho para nada, si no porque no se ha valorado en su justa medida, y no hay nada más triste que algo infravalorado. Como dije, y el que me conozca lo sabrá, el último beso es el último beso, no hay medias tintas, y no he vuelto a tener contacto con la chica. Ella recibió mi regalo a mediados de semana y me escribió, y aunque todo fue muy bonito, decidí no contestar, porque si bien la grandeza de uno ya se demuestra desde el primer paso, no hay nada más insultántemente caballeroso que cerrar la puerta sin romper la vajilla ni pegar un portazo. Eso les confundirá. Yo se que ella tiene fe en que yo siga ahí por si el día de mañana surge una nueva oportunidad (de hecho ya me lo ha demostrado tocándome los cojones con un par de gestos que no debería haber tenido y que no tuvo cuando teníamos contacto y que ahora tiene un interés loco en tener) pero no sabe (seguramente por falta de experiencia) que a la vida hay que escupirle en la cara si quieres obtener algo de ella y que si bien todos tenemos un camino, si tú no fuerzas según que cosas, el destino no va a llegar por arte de magia, creo que tenemos cierta potestad a la hora de forjar nuestro destino, y será una pena para algunos el no haber sabido aprovecharlo (y lo mejor de todo será que hasta ignorarán las oportunidades de las que han gozado). A mi todo esto me ha reafirmado mucho; primeramente, en que sigo teniendo la capacidad para enamorarme de alguien, en mayor o menor medida e independientemente del resultado final, cosa que me alegra sobremanera ya que me ayuda a renovar mi fé en mi amor y remueve un poco las cañerías mientras llega lo que tenga que llegar, y segundo, en que si metes la cabeza, tienes que meterla de verdad, no valen las medianías, y esta es la manera correcta de amar, nada físico, nada mental, nada personal, quizás hasta sea algo espiritual. Y digo espiritual porque he vuelto a tener muy presente todos los principios y enseñanzas del tao, budismo, gnosis y los mayas (entre otras muchas cosas) estos días, lo que me ha facilitado mucho la tarea. Probablemente vuelva a remover todo esto otra vez, para ver que podemos sacar de ello. Eso si, cada día mejor, cada día más libre, más seguro y con más fé. Lo siento por ti, nunca te lo van a volver a hacer tan bonito, hasta las cosas que no te hice.
Y la semana cambió por completo el jueves. Paco nos abandonó desde el miércoles noche, y el jueves temprano tenía por aquí al que ahora si que es mi media naranja, el que no me falla, mi mitad y esas cosas. El 33% de Deep Keepers, mi compadrito Óscar aka Grenier aka Empapado en alcohol. Y ver a Óscar siempre lo pone todo muy fácil. Desde el primer minuto conseguimos pillar el concepto, y empezamos a pulir y a dar forma a todo lo que se nos va a venir con En busca del tiempo perdido. Pese a ser un proyecto a muy largo plazo, ya tenemos muy asentados los cimientos sobre los que vamos a erigir la mixtape, ya tenemos cortes e ideas para el diseño y demás. Empezamos a ensayar mucho, a pillar coros, frases, conceptos y conseguir voltearlos, a aplicar nuevos tonos sobre los mismos. A día de hoy hay ya tres temas acabados de catorce con los que contará el trabajo, las instrumentales de varios más están seleccionadas, y las ganas y el entusiasmo están ahí como si fuese el primer curro, como si tuviésemos doce tacos, como si de comernos el mundo se tratase. Es fácil comprenderse con él, es un tio muy inteligente y muy inteligente emocionalmente, sabe abstraerse muy bien del entorno y pillar la esencia de donde a veces parece que no queda más que barro. Nos vamos a entender mejor de lo que ya lo hacemos, y cuando las cosas salen solas no hay ni que poner empeño, mira...
Sería muy injusto atribuir a día de hoy mi felicidad sólo a mi proceso creativo y al rap, ya que no es así ni del palo. Podemos decir que dos mil catorce será un año recordado por toda la familia sevillista, por lo histórico de la misma, independientemente lo que ya ocurra. El eterno rival perdió la categoría, y aunque si bien el año que viene echaremos de menos el derby y los seis puntos de ventaja que llevamos siempre, también podemos decir que su descenso no es más que el fiel reflejo que existe entre gestión, calidad, plantilla y otros ámbitos entre ambos clubes. Se puede añadir también, porque no, el detalle de haberlos echado de Europa con una remontada para la historia en su casa y en penalties, donde más duele. Por si fuera poco, el equipo ha conseguido ya la presencia en Europa de manera matemática para el año que viene, marchando actualmente quintos en liga, que, ojo, puede que esté por encima incluso de nuestras posibilidades. Y para acabar de rematar, el partido del jueves. Sabía yo que los tetes nos iban a dar por culo hasta el final, pero no imaginaba que de esa manera. Tras el dos a cero de la ida no imaginaba llegar al minuto noventa y cuatro de partido con tres cero abajo y eliminados virtualmente de la uefa. Pero claro, el destino, el karma, es caprichoso, y aunque no se puede reflejar en cada uno de los aficionados sevillistas (ya que probablemente habría más de uno que no mereciera lo que paso) pudiese ser (o no) que decidiese pagarme la que me debía (o no) en forma de gol de los crean afición. No creo que seáis capaces de imaginar la explosión de júbilo, gozo, adrenalina y euforia que explotó dentro de mi cuando el colega M'bia enchufó la bola en las mallas chés cuando estaba toda la lonja vendida. Las paredes de mi casa y todo lo que se cruzó por mi camino pueden atestiguar la locura que se desató en mi y en todo aquel al que le lata el mismo escudo que yo. Me corrí, me corrí mucho y muy fuerte y entiendo que es algo que no podáis entender porque va más allá de un balón y de unos tíos corriendo, es sentirte parte de un sentimiento, una afición, una ideología, y aunque no comulgues con todo, los colores son los colores. Me hubiese gustado que nos bailásemos un tango con la vecchia signora, que Pirlo y Rakitic se cambiasen las zamarras al final de la partida, ver a Bacca darse de ostias con Chiellini y ver a Carriço secando a Tévez, pero esto no es renault ocassion y nos la jugaremos contra los portugueses (una vez más). El catorce puedo volver a ser la persona más feliz del mundo por aquello de que hay una oportunidad única, y que quizás mis ojos (ni los ojos de mis hijos) vuelvan a ver. Y eso es mucho amigos, eso es mucho.
¿Y que esperar? Al menos hemos aprendido y seguimos aprendiendo mucho ¿no? Me guardaré de usar las mismas palabras que mucha gente y sobre todo los mismos conceptos a partir de ahora, intentaré poner a ralla a los sentimientos (por difícil que sea) y ver venir de lejos aquello que merece la lucha y lo que no, y una vez visto, ir a muerte con lo que lo merezca y ojo, que si no tiene que haber nada más por lo que luchar, no se lucha, y que si es mañana, a saco. Entramos en una semana dura, de datos, de fechas, de cambio de dígitos, de un tercio... El viernes cambiaré el cuatro por el cinco y no se hasta que punto estoy preparado, porque si bien es una gilipollez, precisamente esta vez no es tan gilipollez... Menos mal que el sábado está Mde para remediarlo. Y sigo sin tener una a la que ponerle una camiseta de Wu Tang Clan y llevármela al concierto a cantarle al oído eso de besa mi cuello mientras escribo mi mierda y si, más tarde vendré por ti, yo seré tu Tom y tú mi Pamela Lee... ¿Pero sabéis qué? Que no la necesito. Que no os engañen, ninguna de ella tiene las úes de mis q's...
Mantente firme, diferente, verdadero.
Tone - Quédate en tu keli
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