26 ene 2015

Capítulo 72: Sabrás que andar es un sencillo vaivén


Siempre me ha gustado mucho leer sobre los métodos de tortura que se empleaban en la edad media con prisioneros y espías. Suelo leer aleatoriamente y cada mucho tiempo un poco, y nunca lo hago sobre métodos de tortura orientales, ya que si los occidentales a veces me parecen auténticas locuras, lo poco que leí de los orientales es harina de otro costal. Me parece que cuando se lleva al ser humano al límite de los conceptos (y no me refiero en este caso al límite del dolor del torturado, si no al límite de la astucia o inteligencia usados para causar daño) es cuando más animales nos volvemos y podemos sacar una parte de nosotros que es tan necesaria, tan primaria, básica e instintiva como lo puede ser el espíritu. Quizás por ello una de las temáticas que más me llama la atención a la hora de seleccionar mis lecturas y mis películas sean las guerras mundiales y demás, y que conste que no gozo con el dolor ajeno, faltaría, pero me encanta ver al ser humano en estado puro.Volviendo al tema de las torturas, existe un método que a mi me gusta mucho conceptualmente. Consistía en encerrar al torturado en una habitación desnivelada, pero pintada de tal manera que la vista no fuese capaz de captar este desnivel. El individuo se pasaba días y días encerrado, mientras el punto de gravedad de su cuerpo captaba una inclinación que el resto de sentidos no podía captar. Primero comenzaba el malestar corporal, los vómitos, la jaqueca, las migrañas, fuertes dolores de cabeza y demás, hasta que poco a poco y en no mucho tiempo el individuo acababa por enloquecer. Brillante. Cuando descubrí este método lo asocié enseguida a muchos casos que siempre hemos pensado que se cayeron de la cuna, cuando simplemente pudieron estar en una incubadora desnivelada al nacer. Otros vienen así de fábrica. Pero ya paro, que había dicho que este año no iba a criticar aunque tenga motivos de sobra para ellos. Era una crítica general, y aunque no muy constructiva, vosotros tomárosla como tal. Otro mucho más cruel si cabe (ya que en el de la habitación al menos no ejercían mucho dolor físico más allá de algo que se te pasaría con un poco de aspirina de haber existido y haber estado por la labor los opresores) era el denominado "la gota". De haber podido elegir entre muchos, probablemente este es uno que hubiese dejado para el final, principalmente, porque era un castigo a gran escala y a largo tiempo. Tanto es así que los castigadores se afanaban en causar dolor al pobre que hubiesen capturado, sin escatimar incluso en manutención del mismo, que ya es decir. Este castigo se prolongaba años y años. El mecanismo no era nada del otro mundo, una cama en la que inmovilizaban al rehén, cabeza incluida, y un mecanismo de goteo en la frente, con un intervalo temporal de diez segundo entre gota y gota, como cuando no terminas de cerrar bien el grifo en casa. En el mismo punto de la frente. El prisionero no se movía en todo el día, ni para hacer sus necesidades, ni veía otra cosa que no fuese el techo de la habitación. Le daban de comer ya que no podía mover la cabeza, mientras proseguían cayendo las gotas en la frente. Un día, y otro, y otro. Y un año, y otro, y otro. Y en este hecho empírico es donde se demuestra que el agua es más dura que la roca, en este caso, que el material del que están hechos los seres humanos, porque poquito a poco, el agua acaba perforando si bien no con la fuerza de un taladro, con la misma precisión. Magnífico. Y diréis: bueno ¿y todo esto de las torturas para qué? Pues todo esto nada más y nada menos para: en primer lugar regalaros un poco de cultura, que nunca viene nada mal y está la cosa escasa (otro día os explico lo de todos los chinos saltando a la vez y el eje de la tierra, y otro día lo de que si los tiburones se desplazan hacia atrás mueren); en segundo lugar, para haceros perder un poco de vuestro valioso tiempo y quitaros un poco del aburrimiento que debéis tener encima para leerme a mi; y en tercer lugar y no menos importante, para decir de una forma un poco más original que de costumbre que mi semana ha sido un poco como la tortura de la gota, más y más de lo mismo, y dale perico al torno, y que yo no te he dicho ni que si ni que no, te he dicho que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa, y pom pom, y tal y cual... Y así es la que se viene y se seguirá viniendo, al menos entre semana. En las prácticas ya he visto todo lo que se cuece, sin renunciar a que cada día es nuevo y la repetición de sucesos provocan la tan preciosa experiencia que te lleva a agilizar trámites de tiempo y resolución de problemas a la hora de realizar una tarea. Pero vaya, que básicamente ya se de que va la cosa por allí, si bien es cierto que tengo ganas de salir más con los cámaras y pasarme por grafismo e incluso por radio. Por las tardes me paso poco por el tenis de mesa porque el pibe con el que entrenaba ha empezado a darle más duro con su padre, y si voy a echar con el resto de viejetes me vengo más frustrado que contento, así que emplazaré a Marzo eso de darle más uso a las Nittaku nuevas que me llegaron antes de navidad. Acabé una canción nueva, aunque viendo como va la cosa, os dejo que digáis que todo es mentira y que no soy mc' y así ya si eso os lleváis una sorpresa. Seguí con mi rutina de arbitraje de fin de semana para sacar algún dinerillo y paré por Vca. Quizás el momento más interesante de la semana llegase en una de esas geniales charlas paternofiliales que mi progenitor me suele regalar cada equis tiempo para deleitarme con su don para la oratoria (¿o acaso os pensabais que esto no era heredado, cabrones? yo tenía que haber sido juez). Esta vez la temática que elegimos para batirnos en duelo fue mi futuro. Que poético ¿no? Más bien, sobre que hacer cuando termine las prácticas, el estado de las cosas y toda esa parafernalia. Ante el hecho de que la opción de irme a Málaga de Marzo a Junio tome forma de una manera bastante sustancial esta charla se hacía inevitable, aunque igualmente se iba a dar de no ser así. La conclusión, para abaratar costes, es que puedo seguir haciendo lo que me salga un poco de las pelotas, amén de que esta vez me lo costeo yo, que me tengo que mover un poquito, cosa que ya se, pero que todos sabemos que me va a ir bien por mi cara bonita (esto lo digo yo lo de la cara bonita, a mi padre le gusta más llamarlo mis capacidades y todas esas cosas de padre). Está bien tener una de estas cada cierto tiempo, como está mucho mejor tener el padre que tengo, que quizás sea de lo que más orgulloso me siento en esta vida, y eso que no he hecho nada por merecerlo.

Elsso Rodríguez - Mírales, felices






El sábado celebramos otra despedida, porque nosotros somos muy de celebrar, hasta cuando no hay nada que celebrar. En esta ocasión el que emigra es mi vecino Tomás, que se va a hacer las islas y a buscar fortuna lejos de nuestras fronteras durante una buena temporada si dios quiere, que será síntoma de que todo le ha ido como él desea. Como siempre que tenemos que organizar una fiesta, tiramos de recursos y acudimos al santuario, al que el emigrante trajo una caldereta ya preparada a la que sólo había que dar un poco de fuego y disponerse para disfrutar de la misma. A todo ello sumó una original receta de sushi como acompañante y los demás pusimos... lo de siempre, el alcohol, pero eso ya después. El tiempo acompañó e hizo un día de puta madre, y para terminar de rematar la faena acudimos prácticamente todos los que somos, a excepción del que anda por las Canarias perdido pero que está siempre presente de espíritu. Una vez reposado el almuerzo, y bien asentadas las cervezas y vinos, se efectuó no muy entrada la tarde el cambio de tercio y empezó la auténtica jarana. La tarde fue cayendo bonita entre canciones de El último de la fila y Los delinqüentes, entre datos del comunio, chistes, y alguna que otra charla digna de ser recordada. Por el corralón empezaron a pasear las visitas y la cosa se empezó a poner divertida cuando el alcohol empezó a causar los primeros efectos, que para eso está. Esta caldereta pasará a la historia por la multa a Jesús, por los bailes de Garry y Ángel (de los cuales tengo testimonio gráfico pero que no pondré por aquí porque no quiero represalias) y la caída de Garry cuando el gordo intentó hacer un portet con él que fue muy estético pero muy poco efectivo. Más tarde y para que no se dijese, seguimos aguantando la fiesta paseándonos por el blues y por el Talego. Del blues destacar la ilusión que me hizo ver a MariToni, que hacía muchísimo tiempo que no veía, y con la cual nos tiramos Jesús y yo hablando todo el tiempo que estuvimos allí, entre ponernos al día y más tarde rememorar batallitas cuando éramos invencibles. Se le pone a uno algo contento dentro cuando tras tanto tiempo puedes tener una charla con alguien a quien quieres mucho y tienes una confianza total como si no hubiese transcurrido ni un sólo día sin tener contacto. Del Talego destacar el ver a Anita, con la que seguí el mismo procedimiento que con MariToni, emplazando a venideros fines de semana lo de echar un buen café y poner todo en orden más tranquilamente. Entre medias, las risas de Jesús rapeando Pies descalzos y sus bailes, poder volver a darle un achuchón a Mangy, tener al gordo en casa y el Garry en general. Día para el recuerdo, el primero de muchos este año, espero. 







Buda - TwoShots





Mis flores están echando raíces en las palmas de mis manos e intentan sobrevivir a las heladas. A mis bolígrafos aún les queda mucha tinta pero el frío la ha congelado y no fluye bien, tengo que calentarla continuamente para poder dejar constancia de lo que me pincha. Los treinta y dos  Farenheit que hacen ahí afuera me devuelven de golpe a la realidad. Pero a mi me flipa el frío. Los abrazos son más abrazos con la ausencia de calor, y cuando la piel entra en contacto con otra piel se vuelve efervescente y reacciona. Se vuelven locos por transformar la electricidad en calor. Las autoridades sanitarias aconsejan no andar con los pies descalzos en estas fechas, y yo no se andar de otra manera. Cuando llego a casa caliento agua y meto las manos hasta casi quemármelas, dejando que el bello se erice como hace mucho que no se eriza. Conseguir erizar la piel de alguien está infravalorado. Se le das más importancia a la metilendioximetanfetamina que a la serotonina. Se vuelven locos por transformar el calor en felicidad. Hay tres tipos de persona, los que creen que existe la felicidad, los que creen que la felicidad es la ausencia de dolor y los que no creen en la felicidad si no en los momentos felices. Los del primer tipo olvidaron cerrar la válvula de la hidroxitriptamina, los del segundo tipo son los que creen en dios y los del tercer tipo follan poco. Yo lo único que pido es que no llegue el verano y este frío se haga perpetuo. Y es que si tengo frío es porque tuve calor...


¡Por cierto! Creo que tengo una amiga nueva. Pero ya si eso.

Los polos opuestos se atraen, pero son opuestos...


Santiuve - Inventario (la última crónica)

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