Puede que durante todo este tiempo hayas estado buscando en el lugar equivocado. Hay montones de tierra por todo el parque. Cada vez que creías haber encontrado un tesoro has terminado con otro montón de huesos de muerto entre las manos. Pero no te preocupes. No eres una mala buscadora de tesoros, simplemente estás buscando en el sitio equivocado.
Una chica me dijo: No hay porque tener miedo. Las cosas dulces y bonitas seguirán ahí cuando consigas despertarte. Yo estaba despierto, así que imaginé que era ella la que estaba dormida.
¿Saben todo eso de "podría unir mi vida uniendo casualidades"...? Blablabla. A mi me pasa igual pero abarcando desde la primera canción de Los burros hasta la última canción de Manolo García. No recuerdo ni una sola de las múltiples etapas de mi vida en las que no haya una canción de alguna de estas formaciones. Este sábado he tenido la oportunidad de disfrutar de un grupillo de colegas que comparten (con, al parecer bastante gente, ya que el bar se petó) su amor por este conjunto de retales de nuestra vida, y que versionan en directo las canciones más emblemáticas y conocidas de los discos más punteros. Como no podía ser de otra manera, ese ratito fue, hasta lo que llevamos de año, sin duda y de lejos, el mejor de estos tres últimos meses. Y lo fue porque fue una especie de comunión con mi pasado, porque afloraron muchos recuerdos y porque con mayor o menor melancolía, un chupito de nostalgia nunca amarga a nadie. Volví a dormir con las hermanas Gilda en una cama grande, a regalarte mi caballo tordo; volvió a no dormir mi perro junto a tu candela, a pedirte que me abras la puerta niña, a sugerirte lo de hacer el amor bajo el lucero del alba, a recordarte que si tú no estás las mañanas se visten de canciones tristes, volví a escribir esta canción por no poder estar mirando tus ojos. Volví a bailar como un indio y además de verdad, volví a ser aquel ladrón que busca su fortuna, a mecerme sobre oscuros abismos, sobre mares absurdos, a escribir con lápiz y tinta. Y que bonito todo, hasta el echar de menos a Laurita a mi lado, hasta el cantar abrazado junto a Garry con una sola voz. Al fin y al cabo él fue el que me metió el gusanillo hace muchos años, como yo he hecho de esas canciones una homilía para otros, como conseguí que mucha gente al escuchar según que acordes, me recuerde, aunque no sean de rap. Más pronto que tarde volveré a volver a bailar con esta gente que alegra la vida, y espero que con muchos más de los míos, sirviéndome entre tanto, lo que me apetezca.
¿Por que esas flores raras crecen en las aceras para ti? volveré a cogerlas ¿sabes? No me acostumbro a estar sin ti...
Manolo, el burro y cia - Tributo a los burros, el último de la fila y Manolo García
Olvídate del mapa pero no te olvides del tesoro...
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